Panorama

Cuenta regresiva para las elecciones porteñas: las tres disputas que ordenan la campaña

El escenario electoral porteño se estructura en torno a tres ejes: kirchnerismo, Milei y la “motosierra”. La estrategia opositora busca capturar votos moderados.

Pablo Winokur
por Pablo Winokur |
Cuenta regresiva para las elecciones porteñas: las tres disputas que ordenan la campaña

En la previa electoral, la pelea entre el PRO y La Libertad Avanza redefine el escenario porteño. Los analistas coinciden en que la clave de la campaña está en tres fracturas políticas que ordenan la disputa por los votos.

En ciencia política se habla de “clivajes”, que es el tema o la polémica que divide a una sociedad antes de una elección.

La hipótesis del Gobierno es que existe un primer clivaje en la ciudadanía porteña que es “kirchnerismo vs. antikirchnerismo”. La pelea entonces es por este segundo electorado, que no quiere que Cristina vuelva nunca más. Ahí está la disputa entre La Libertad Avanza y el PRO de Mauricio Macri.

El segundo clivaje es “Milei o antimilei”. En la lectura del Gobierno, este debate hoy es menor en CABA. Los que están absolutamente en contra de Milei van a votar por Santoro o por alguna de las otras opciones opositoras, incluyendo a Larreta.

El tercer clivaje es al que apuesta el PRO: “Motosierra sí o motosierra no”. Es una diferencia sutil respecto al anterior. Hay un sector del electorado porteño, más refinado, que entiende que Milei está haciendo las reformas que hay que hacer en la economía, pero que no cree que ese modelo tenga que implementarse en la Ciudad. Una cosa –dice esta hipótesis– es ordenar la macro a nivel nacional y otra desguazar un Estado que funciona, como el porteño.

Flyer de convocatoria al acto en Villa Lugano de Javier Milei con Manuel Adorni. Captura.jpeg

Planteado este esquema conceptual, la ecuación es básica:

Si el dólar está contenido y la inflación se mantiene a raya, aumentan las chances de La Libertad Avanza de hacer un buen papel y captar parte del electorado antikirchnerista, que quiere darle una chance más a Milei, aunque ahora se voten legisladores porteños.

Si el dólar y la inflación se disparan, el propio electorado que mira con simpatía a Milei va a descreer de sus recetas y va a buscar otras opciones para mandar un mensaje nacional.

Casi como complemento de esa estrategia, el PRO necesita que más gente vaya a votar. Hoy es una elección fría. Por eso en los próximos días se va a incentivar una campaña de educación cívica para explicar qué y cómo se vota. Va a ser un sistema inédito con urnas electrónicas y boleta única. Seguramente haya confusiones.

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El Gobierno cayó en las encuestas en abril. Esta semana se conoció el índice de confianza en el Gobierno que publica mensualmente la Universidad Di Tella: dio 2,33 puntos y cayó 3,7% respecto del mes anterior y es 10,7% más bajo que lo que tenía Mauricio Macri a la misma altura de gestión. El piso de confianza de la gestión Milei fue en septiembre del año pasado (2,16 puntos). Las subas y bajas están directamente relacionadas con los vaivenes de la inflación.

Claro que esta medición se hizo entre el 3 y el 11 de abril, cuando los precios escalaban por los persistentes rumores de devaluación. El Gobierno presionó sutilmente a las empresas y finalmente los precios cedieron. Para mayo se prepara una nueva estrategia de descenso de precios: las naftas bajaron un 4% y eso probablemente tire para abajo los índices. También podría haber novedades con trenes y colectivos.

El resultado electoral será clave para proyectar los armados nacionales y reorganizar las listas opositoras de cara a octubre.

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