El Gobierno sabe que las leyes difíciles se van a aprobar y no le incomoda. Tiene el poder de veto para bloquear estas iniciativas por un tiempo. El problema se podría dar si los aliados llegan a acompañar "una insistencia"; el año pasado salvaron las papas los 87 héroes. ¿Esta vez van a estar los héroes o van a abandonar el barco desencantados por el destrato de Milei? Todavía es muy temprano para análisis.
Los debates de Diputados
Después de meses de inactividad, la Cámara baja aprobó la semana pasada "emplazamientos". Es un mecanismo para obligar a las comisiones a convocarse y debatir determinados temas.
En la Cámara baja, las comisiones empiezan a mover proyectos que el Ejecutivo desestima pero que conectan con demandas urgentes: ley de emergencia pediátrica y ley de residencias médicas, por un lado. Son las leyes que buscan garantizar el funcionamiento del Hospital Garrahan. Es un debate que se da este martes.
Por el otro, el jueves van a discutir también en comisiones la ley de financiamiento universitario, que obliga al Gobierno a usar partidas presupuestarias asignadas para financiar las universidades públicas.
Nada muy revolucionario, pero todo políticamente disruptivo. Porque cada uno de esos temas expone el desdén del gobierno por lo público y empuja a sus aliados a tomar distancia, al menos por un rato.
La oposición, si se pone de acuerdo, tiene los números suficientes para imponer ambos temas. Tendrían dictamen de comisión esta semana y se debatirían la semana que viene.
Lo que viene en el Senado
En el Senado, los gobernadores encontraron su ventana para acorralar al Gobierno: coparticipación del impuesto a los combustibles y de los Aportes del Tesoro Nacional. Son dos reclamos que combinan necesidad fiscal con sentido federal, y que obligan a La Libertad Avanza a enfrentar lo que más incomoda a Milei: la política entendida como negociación.
Se trata de fondos que maneja el Gobierno nacional casi a discreción, pero que históricamente servían para solucionar temas de las provincias (emergencias, obras públicas, etc). Hoy el Ejecutivo no gira fondos y por eso, las provincias se pusieron de acuerdo para redistribuirlas de acuerdo a lo que marca la actual ley de coparticipación. Eso se discutirá esta semana y podría ser aprobado sobre tablas (hace falta 2/3 del Senado para eso, y los gobernadores lo tienen).
Y hay más. También se discute una media sanción de un proyecto de Diputados que actualiza haberes jubilatorios y la prórroga de la moratoria previsional. Medidas con fuerte impacto social y presupuestario, que ponen a prueba la coherencia del oficialismo y exponen sus contradicciones. No se trata solo de votos: se trata de gobernabilidad. La oposición tendría los números también.
La que podría salvar las papas en el Senado es la vicepresidenta Victoria Villarruel, que le tiene que poner fecha y hora al pedido de los senadores para sesionar este jueves; incluso podría patearlo para la semana que viene. ¿Se animará?
"El pedido de sesión se va a formalizar este lunes a la tarde. Y si Villarruel no convoca, se sentarán los 37 y empezarán a sesionar", dijeron fuentes del bloque de UP a A24.com. Dicen que pueden hacerlo porque en las preparatorias de febrero se votaron días y horarios de sesión. Pero la que tiene la llave del recinto es Villarruel.
Lo que está en juego no es una ley, ni dos. Es la capacidad del Congreso para marcarle límites a un Ejecutivo que busca mantener cerrado al parlamento. Y es, también, la forma en que los actores del sistema preparan sus fichas para la próxima ronda electoral.