HABEMUS PAPAM

¿Qué pasa cuando eligen al Papa? Así es el ritual secreto que inicia un pontificado

Desde el momento en que acepta su elección, el nuevo Pontífice inicia un camino cargado de símbolos, emoción y tradición. Así se vive el protocolo íntimo que lo transforma en la nueva cabeza de la Iglesia.

Vista de la Sala de las Lágrimas

Vista de la "Sala de las Lágrimas", una pequeña sala junto a la Capilla Sixtina donde el Papa recién elegido vestirá por primera vez las vestiduras papales blancas, antes del cónclave para elegir al próximo Papa en el Vaticano, el 6 de mayo de 2025. - Vatican Media/Handout via REUTERS THIS IMAGE HAS BEEN SUPPLIED BY A

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"Habemus Papam", la frase que paraliza al mundo. Si bien la humanidad conoce su nombre minutos después, dentro del Vaticano el ritual comienza mucho antes. Una vez que un cardenal alcanza los dos tercios de los votos en el cónclave y acepta su elección como Sumo Pontífice, se pone en marcha un protocolo ancestral que marca el inicio de su pontificado.

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De la chimenea de la Capilla Sixtina sale humo blanco, lo que indica que se ha elegido un nuevo Papa en el Vaticano, el 8 de mayo de 2025. REUTERS/DYLAN MARTINEZ TPX IMAGES OF THE DAY

La primera pregunta que se le formula es directa y solemne: “¿Aceptas tu elección canónica como Sumo Pontífice?” Si la respuesta es afirmativa, se le consulta qué nombre desea adoptar. Esta decisión, de enorme carga simbólica, suele reflejar una inspiración espiritual vinculada a pontífices anteriores o a figuras clave en la historia de la Iglesia.

Desde ese momento, el nuevo Papa es conducido a una pequeña sala contigua a la Capilla Sixtina: la “Sala de las Lágrimas”, llamada así por las emociones que embargan al elegido, consciente del peso histórico y espiritual que acaba de asumir. En ese lugar, el cardenal deja atrás su sotana roja y viste por primera vez la vestimenta blanca papal, cuidadosamente preparada en distintas tallas debido al secreto que rodea el proceso de elección.

Luego, ya investido como Pontífice, regresa a la Capilla Sixtina, donde uno a uno, los cardenales electores se le acercan para rendirle homenaje y prometer obediencia. En ese clima solemne, se entona el himno Te Deum, como acción de gracias a Dios por la elección.

Mientras tanto, en el exterior, la Plaza de San Pedro hierve de expectativa. La tradicional fumata blanca que se eleva desde la chimenea de la Capilla Sixtina anuncia al mundo que habemus Papam. Poco después, el cardenal protodiácono aparece en el balcón central de la Basílica de San Pedro para pronunciar la frase más esperada: “Annuntio vobis gaudium magnum: habemus Papam”.

Finalmente, el nuevo Papa se asoma por primera vez ante los fieles congregados y ante millones que siguen el momento por televisión o internet. Su primera bendición Urbi et Orbi (a la ciudad y al mundo) marca el inicio de una nueva etapa para la Iglesia Católica.

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