La caída del cabello ha dejado de ser simplemente un dilema estético para transformarse en una inquietud médica de relevancia vinculada a la salud. Con la llegada del otoño o el verano, la pérdida de cabello se convierte en un tema que trasciende las estaciones del año y las cuestiones puramente cosméticas.
Es fundamental comprender que, por su propia naturaleza, el pelo sigue un ciclo natural: nace, crece, se cae y vuelve a surgir. La dermatóloga Paloma Borregón, citada por Vogue España, destaca que encontrar un puñado de cabellos en el desagüe de la ducha no debería generar alarma, ya que esto forma parte del ciclo natural del pelo.
Según los profesionales del sector, aproximadamente 100 pelos pueden caerse debido a las diversas fases por las que atraviesa el ciclo capilar. En condiciones normales, el 80 o 90% del pelo se encuentra en fase de crecimiento, mientras que solo un 10% está en etapa de caída. Sin embargo, durante el otoño y la primavera, este equilibrio se ve alterado, lo que explica la caída estacional que comúnmente percibimos.
El doctor Juan Jose Andrés Lencina, dermatólogo asesor para H&S, señala que la intensidad y duración de la caída suelen ser pistas clave. "Si es una caída estacional, suele durar unos tres meses, y su intensidad aumenta hasta cerca del 20%", describe Lencina. Fuera de estos parámetros, se recomienda consultar con un especialista, especialmente cuando se nota una densidad inferior, un cabello mucho más fino y débil, o cuando el cuero cabelludo comienza a clarear.
La intensidad y duración de la caída suelen ser pistas clave. Si es una caída estacional, suele durar unos tres meses, y su intensidad aumenta hasta cerca del 20%. Fuera de estos parámetros, se recomienda consultar con un especialista.
La directora médica de la clínica especializada en salud capilar MC360, Cristina Morante, destaca la importancia de ciertas vitaminas y oligoelementos para prevenir la caída del pelo. Algunos de estos elementos incluyen hierro, biotina, vitamina D, vitamina B6, vitamina B12, magnesio, zinc, cobre, y ácido fólico.
Prevenir la caída del cabello también implica llevar una alimentación saludable. El dermatólogo Eduardo López Bran, de Clínica Imema, afirma que "una dieta sana y equilibrada garantizará el aporte necesario de oligoelementos, vitaminas, minerales y aminoácidos, necesarios para la formación de la queratina, que es la ‘viga’ que da fortaleza al cabello".
Roberto San Antonio-Abad, presidente de la Asociación Nacional de Profesionales y Autónomos de las Terapias Naturales (COFENAT), resalta la importancia de alimentos ricos en vitaminas B6, B12 y B7, como nueces, cebollas y trucha. También menciona la vitamina A presente en zanahorias o espinacas, así como el hierro y el zinc que se encuentran en alimentos como la soja, los huevos o las lentejas.
