WhatsApp continúa evolucionando con nuevas herramientas que transforman la forma en que nos comunicamos. La última novedad que Meta incorporó a la aplicación de mensajería son los chats de voz en grupos, una función que busca optimizar la comunicación colectiva dentro de los grupos, pero que también ha generado polémica por su modo de activación y por su presencia invasiva.
Qué significa ese icono de burbuja con ondas que aparece en tus grupos de WhatsApp
WhatsApp continúa evolucionando con nuevas herramientas que transforman la forma en que nos comunicamos. La última novedad que Meta incorporó a la aplicación de mensajería son los chats de voz en grupos, una función que busca optimizar la comunicación colectiva dentro de los grupos, pero que también ha generado polémica por su modo de activación y por su presencia invasiva.
La nueva opción, que ya está activa para muchos usuarios, permite iniciar salas de audio directamente desde los grupos de WhatsApp, algo similar a lo que ofrecían plataformas como Clubhouse o incluso como un moderno Walkie Talkie digital. Pero si bien la herramienta fue pensada para facilitar los intercambios orales, su implementación ha despertado cierta incomodidad entre quienes la han probado.
El arribo de los chats de voz fue, en sus inicios, silencioso y poco intuitivo. Al comienzo, la única manera de activarlos era a través de un gesto específico dentro del grupo: tirar del final del chat hacia arriba. Este movimiento, que no está explicado de manera clara en la interfaz ni cuenta con un tutorial visible, activaba una cuenta regresiva y habilitaba la creación de la sala de audio.
Pero esta forma de acceso resultó poco práctica para la mayoría de los usuarios. No sólo por la falta de visibilidad de la función, sino porque muchos no comprendían qué habían activado o cómo desactivarlo. Ante esta situación, WhatsApp introdujo un cambio: un botón más accesible y directo.
Ahora, en ciertos grupos —específicamente aquellos con muchos participantes— aparece en la parte superior derecha, junto al nombre del grupo, un ícono con forma de globo de diálogo y ondas de sonido. Este botón permite, con una sola pulsación, iniciar un chat de voz en el grupo, sin necesidad de gestos complicados ni menús ocultos.
Al tocar este botón, se inicia automáticamente un chat de audio en tiempo real. Lo más llamativo es que el resto de los participantes del grupo recibe una notificación inmediata: “XX está hablando ahora. Únete a la conversación”. Esta notificación aparece como una alerta y permanece activa mientras dure la sala de audio, ubicada al final de la conversación del grupo.
Este punto ha sido uno de los más criticados por los usuarios. Quienes inician un chat de audio quedan visiblemente expuestos ante todos los miembros del grupo, lo que genera cierto pudor y, en algunos casos, malentendidos. Si bien la intención es fomentar la participación y la inmediatez, muchos usuarios consideran que el sistema debería permitir mayor privacidad o, al menos, ofrecer una opción para desactivar esta visibilidad.
Salir del chat de audio es sencillo: basta con pulsar la “X” roja que aparece dentro del grupo. Sin embargo, hay un detalle no menor: si el usuario abandona WhatsApp sin cerrar la sala, esta sigue activa en segundo plano y continúa transmitiendo el audio, como si se tratara de una llamada tradicional.
Otra de las controversias que rodean esta novedad es su carácter obligatorio. Es decir, no existe por el momento una opción para desactivar los chats de voz dentro de un grupo. Cualquier miembro puede iniciar uno, ya sea mediante el botón visible en la parte superior del grupo o tirando desde el final del chat. Incluso si no se usa con frecuencia, el botón permanece allí, ocupando un lugar visible y funcional.
Esto ha generado que muchos usuarios activen sin querer la función, lo que provoca notificaciones innecesarias o incluso situaciones incómodas dentro de grupos laborales, familiares o de amigos.
WhatsApp aún no ha comunicado si planea agregar una función para deshabilitar los chats de voz en los ajustes del grupo, pero todo parece indicar que esta herramienta llegó para quedarse. El objetivo de Meta con esta funcionalidad es reforzar la inmediatez en las conversaciones y ofrecer un canal más rápido que la escritura tradicional, especialmente en grupos numerosos donde el flujo de mensajes puede volverse caótico.
En los grupos de WhatsApp, sobre todo aquellos con decenas o cientos de participantes, los mensajes escritos suelen perderse fácilmente. Entre memes, stickers, respuestas cruzadas y avisos, muchas veces lo importante se diluye. En ese contexto, Meta pensó en una solución: usar el audio como canal de comunicación central.
La idea no es mala en teoría. Un mensaje de voz en una sala de audio permite mayor claridad, puede ser más rápido y evita las confusiones que surgen de los textos ambiguos. Además, fomenta la participación espontánea y genera un entorno más conversacional.
Sin embargo, no todos los usuarios reciben de buen modo esta propuesta. Algunos consideran que se trata de una función invasiva, que rompe con la dinámica tradicional de WhatsApp. Otros temen por su privacidad, ya que no siempre se quiere quedar expuesto ante todos los integrantes del grupo.
También hay quienes lo ven como una distracción más, que interrumpe la rutina digital y agrega una capa innecesaria de complejidad a lo que antes era simple: enviar un mensaje y listo.
WhatsApp ha demostrado en los últimos años que está dispuesto a reinventarse. Las llamadas, los estados, las comunidades, los canales, y ahora las salas de audio forman parte de una estrategia que busca mantener a los usuarios dentro de la plataforma el mayor tiempo posible, ofreciendo opciones cada vez más parecidas a las redes sociales.
Este tipo de funciones también apuntan a competir con herramientas como Telegram, que ya contaba con salas de audio en grupos desde hace tiempo, y con plataformas como Discord, que lidera el segmento de la comunicación por voz en comunidades virtuales.
Lo cierto es que, más allá de las opiniones divididas, los chats de voz en WhatsApp están activos y disponibles para millones de usuarios. Aunque todavía no se haya convertido en una herramienta cotidiana, todo indica que su uso se incrementará a medida que más personas descubran su utilidad… o se vean obligadas a aprender a convivir con ella.
