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Yanina Latorre reveló el lugar donde busca "evidencia" sin que se enteren

Revisa todo sin piedad: la confesión de Yanina Latorre que incomodó sobre todo a su familia. Enterate.

Yanina Latorre reveló el lugar donde busca evidencia sin que se enteren

Yanina Latorre nunca tuvo problema en decir lo que piensa. Con su estilo frontal, filoso y sin filtro, volvió a generar controversia al admitir que ejerce un estricto control sobre la vida de sus hijos, Lola y Diego, especialmente cuando se trata de alcohol, drogas y otras sustancias. Pero lo que más sorprendió fue la revelación de su técnica menos conocida... y más invasiva: revisarles el auto sin que ellos lo sepan.

La conductora, que suele estar en el centro de la escena por sus opiniones contundentes, dejó en claro que su rol como madre no entra en la categoría de “copada ”. Lejos de esa idea moderna de libertad total, Yanina es una madre “sabueso”, obsesionada por detectar cualquier indicio de problemas o consumos indebidos en sus hijos.

“Yo no soy tan copada de madre. En casa todo va así. Soy paranoica del alcohol, de la droga, del control, del auto. Estoy todo el día humeando y buscando quilombos”, confesó al aire.

El auto, el lugar favorito para sus inspecciones

De todas las estrategias de control que implementa, hay una que dejó helados a muchos oyentes: su rutina secreta de revisar los autos de sus hijos. Aunque reconoció que su hijo Dieguito “algo sospecha”, aseguró que lo hace de forma encubierta y sistemática, convencida de que allí pueden esconder cosas que en la casa no se animan a guardar.

“Les doy vuelta el auto. Porque para mí, la droga la esconden en los autos. El cuarto también lo reviso, pero el auto es clave. Ellos no saben bien por dónde lo reviso. Para mí saben, pero se hacen los boludos”, relató con total sinceridad.

¿Y el celular?

Frente a la pregunta más obvia —si también les revisa el celular—, Yanina fue tajante: “No, eso no. Pero todo lo demás sí”. Su límite, al parecer, está en el teléfono, aunque dejó entrever que no por falta de ganas, sino porque sabe que ahí se cruzaría una línea aún más compleja.

Lo cierto es que Yanina no pidió disculpas ni reculó. Como siempre, redobló la apuesta: “Si me tengo que pelear, me peleo. Prefiero que me odien a que se arruinen la vida”.

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