La primera formación incluyó a Patricio "Pato" Fontanet (voz), Christian Torrejón (bajo), Elio Delgado (guitarra), Eduardo Vázquez (batería), Maximiliano Djerfy (guitarra), y Juan Carbone (saxo).
Al principio empezaron a ensayar como "Río Verde", un guiño a la canción "Green River", de Creedence Clearwater Revival.
Si algo caracterizó a Callejeros fue su capacidad para plasmar la vida cotidiana y los sueños de quienes los seguían. Canciones como "Una nueva noche fría" o "Prohibido" son testimonios del talento lírico de la banda. La forma en que abordaban temas como la desigualdad, el amor, la amistad y las contradicciones de la vida en los suburbios tenía un atractivo universal que, combinado con su energía en el escenario, prometía convertirlos en un emblema del rock nacional.
El sonido distintivo: más que rock barrial
Musicalmente, Callejeros iba más allá del clásico rock barrial. Incorporaban saxofón, arreglos más sofisticados y una notable influencia de otros estilos, lo que les permitía generar un sonido fresco pero fiel a sus raíces.
Este enfoque, junto con la voz particular de Patricio "Pato" Fontanet, los convertía en una propuesta única dentro de la escena. Ese vibrato con reminiscencias del Indio Solari pero con una potencia renovada. Nada para perder.
El incendio de Cromañón puso fin abruptamente a una etapa de crecimiento exponencial para Callejeros. La tragedia no solo cambió la vida de los miembros de la banda, sino también el curso del rock argentino.
Y eso se reflejó tanto en sus canciones como en la recepción del público y la crítica. Su disco "Señales", lanzado en 2006, evidencia una evolución musical que podría haber marcado una nueva etapa de madurez artística si las circunstancias hubieran sido otras.
Aunque continuaron con la música, nada volvería a ser como antes. Primero se armó la banda "CJS", que jugaba con las consonantes de Callejeros pero también tenía un guiño para la situación judicial: "Casi Justicia Social" y hoy Fontanet está al frente de la banda "Don Osvaldo", junto a otros ex miembros de la banda.
Pero el peso de la tragedia marcó para siempre a Callejeros y también a un barrio: 33 de los 194 muertos en Cromañón tenían domicilio en La Matanza. De Villa Celina y de barrios cercanos como Vila Madero, Tapiales y Aldo Bonzi. Un ascenso que asomaba imparable y quedó trunco.