Las mascotas presidenciales que ocuparon la quinta de Olivos tienen su propia historia. Desde los caniches del general Juan Domingo Perón, hasta los mastines de Javier Milei, cada mandatario ha marcado su impronta con sus acompañantes caninos.
Las mascotas presidenciales que ocuparon la quinta de Olivos tienen su propia historia. Desde los caniches del general Juan Domingo Perón, hasta los mastines de Javier Milei, cada mandatario ha marcado su impronta con sus acompañantes caninos.
Esos leales compañeros fueron testigos silenciosos de momentos cruciales en la historia de los presidentes. Estos son los casos más emblemáticos:
La crónica arranca con Juan Domingo Perón, un líder que tenía sus caniches: Tinolita, Monito, Negrita y Canela. En su exilio en Madrid, en 1969, Perón compartía su vida con estos “perritos bandidos”.
Su amor por los animales, inmortalizado en fotos junto a Evita, arroja luz sobre la humanidad detrás del líder. La Ley de Protección Animal (14.346) de 1954, impulsada por él, destacaba su compromiso con el bienestar animal, siendo un hito pionero en América Latina.
Entre otras curiosidades, se relata que Raúl Alfonsín tuvo incluso un Falabella, un caballo de diminuto tamaño que recibió como regalo, aunque no era un gran entusiasta de esta peculiar mascota.
En tanto, Menem llevó consigo dos pastores ingleses y los dos grandes daneses de su hijo Carlos Junior. Lo que comenzó con esta modesta compañía canina pronto se transformó en algo asombroso, ya que alcanzando la impresionante cifra de dos decenas de perros que el dos veces presidente amplió su colección con razas como sharpeis, malteses y otros de menor tamaño.
Néstor Kirchner tuvo a Alex, un bóxer, como fiel compañero en la Casa de Río Gallegos. La mudanza a la Quinta de Olivos y la posterior sepultura de Alex en los jardines de la residencia presidencial, fueron conrifrmada por Cristina Kirchner.
“Mi perro Alex está enterrado en Olivos”, confesó Cristina Fernández en una entrevista con Chiche Gelblung. Poco se supo de la vida Alex, lo único que trascendió es que fue el mimado de Néstor y lo acompañaba a todos lados.
En noviembre de 2013, Cristina Fernández de Kirchner presentó en público a Simón, un regalo especial del hermano del difunto presidente venezolano Hugo Chávez. Este perro de raza mucuchíes llevó ese nombre en homenaje a Simón Bolívar.
Cristina no comparte fotos de sus perros con tanta frecuencia en redes sociales. En total, tiene seis compañeros caninos: Martita, Rosita, Lolita, Kila, Vito y Simón. Todos ellos hoy viven en su casa del Calafate.
En la campaña presidencial de Mauricio Macri, Balcarce, un mestizo, se convirtió en una sensación. Las fotos del cachorro en la Casa Rosada y, más tarde, en el sillón presidencial, generaron simpatía entre los seguidores del entonces candidato.
Balcarce fue adoptado de un refugio de perros de Castelar por los dirigentes del PRO meses antes de que Macri asumiera la presidencia.
El perro de Alberto Fernández bautizado Dylan en honor al prestigioso compositor norteamericano Bob Dylan, es una estrella consagrada de las redes sociales.
Su vida en la Quinta de Olivos, su vínculo con el presidente y su interacción con el público fueron minuciosamente mostrados en redes sociales. Hoy su cuenta de Instagram cuenta con más de 200.000 seguidores.
En los casi cuatro años del gobierno de Fernández, Dylan presentó a tres de sus hijos: Prócer, Blue y Kaila.
Los perros de Javier Milei son parte integral de su vida. Los nombró en su discurso tras el inesperado triunfo en las PASO 2023, refiriéndose a ellos como “esa parte de la familia que a uno le da contención”.
Los perros se llaman Conan, Murray, Milton, Robert y Lucas. Los nombres de los perros de Milei provienen de reconocidos economistas. Milton Friedman, Murray Rothbard y Robert Lucas, a modo de ejemplo, son economistas que han influenciado fuertemente el pensamiento del candidato por La Libertad Avanza.