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Los famosos libros de Oscar Wilde

Los famosos libros de Oscar Wilde

Entre 1890 y 1895, el escritor irlandés Oscar Wilde -uno de los más célebres de toda la historia- publicó estas cuatro obras.

En tiempos de aislamiento obligatorio, dispuesto por el Gobierno nacional a raíz de la pandemia global por coronavirus COVID-19, muchas personas deciden dedicar su tiempo libre a aquellas actividades que antes, por cuestiones de rutina, no podían disfrutar. La lectura es una de ellas. Y, si de best sellers se trata, están los famosos libros del escritor irlandés Oscar Wilde. “El retrato de Dorian Gray” y “El fantasma de Canterville”, son algunos de ellos.

Oscar Wilde es considerado uno de los dramaturgos más destacados del Londres victoriano tardío, pero gracias a sus obras publicadas, no solo fue reconocido en el Reino Unido, sino que, sin dudas, es uno de los escritores más célebres de toda la historia.

Estos son cuatro de los libros más famosos de Oscar Wilde:

El retrato de Dorian Gray (1890). Basil Hallward es un artista que queda fuertemente impresionado por la belleza estética de un joven llamado Dorian Gray y lo comienza a admirar. Por eso, Basil pinta un retrato del joven. Dorian, al darse cuenta de que un día su belleza se desvanecerá, desea tener siempre la edad de cuando Basil lo pintó en el cuadro. Mientras mantiene para siempre la misma apariencia del cuadro, la figura retratada envejece por él. Su búsqueda del placer lo lleva a una serie de actos de lujuria; pero el retrato sirve como un recordatorio de los efectos de su alma, donde el retrato llevara la carga de su envejecimiento y sus pecados.

El crimen de lord Arthur Saville y otras historias (1891). Se trata de la primera recopilación de historias hechas por Oscar Wilde. Son cinco obras, entre las que se encuentra la reconocida historia de terror El fantasma de Canterville. Las restantes son: El crimen de lord Arthur Saville, La esfinge sin secreto, El modelo millonario y El retrato del Sr. W. H.

Una casa de granadas (1892). Se trata de un libro de cuentos de hadas, que fue instituido como la continuación de su obra El Príncipe Feliz y otros cuentos, publicada en 1888. Los cuentos que se incluyen en esta obra son El joven rey, El cumpleaños de la Infanta, El pescador y su alma y El niño estrella. La curiosidad que rodea a esta publicación es que, el mismo Wilde, dijo que esta colección “no fue planeada ni para los niños británicos ni para el público británico”

La importancia de llamarse Ernesto (1895). Esta obra se publicó con un subtítulo que lo dice todo: “comedia banal para gente muy seria”.

La pieza es un gran juego de acciones y lenguaje, aprovechando los dobles sentidos de las palabras y las significaciones sociales de los términos. Considerada como una de sus mejores obras, su trama se centra en las costumbres de la sociedad londinense de finales del siglo XIX.

Entre la fama, el éxito y los escándalos

Oscar Wilde nació en 1854 en Dublín durante la Revolución Industrial. Su conexión con el mundo de las letras comenzó desde muy temprano: su madre era amante de la literatura y organizaba reuniones literarias en las que Wilde asistía desde pequeño. Más tarde, gracias a su nivel intelectual y al alto poder adquisitivo de su familia, logró formarse en la Universidad de Oxford, donde comenzó a escribir sus primeras obras. Los años pasaban y Wilde crecía como escritor: produjo distintas obras en prosa, teatro y hasta poemas.

Pero no siempre fueron épocas doradas para Wilde. En pleno apogeo de éxito, luego de haber publicado su novela El retrato de Dorian Gray, y mientras su obra maestra La importancia de llamarse Ernesto seguía presentándose en el escenario, decidió demandar al padre de su amigo y amante Alfred Douglas por difamación, al haber sido acusado de homosexualidad.

Luego llegaron los juicios y pruebas, y Wilde fue declarado culpable de indecencia grave y encarcelado por dos años. Durante su tiempo en prisión, escribió De Profundis, una carta extensa en la que describe el viaje espiritual que experimentó luego de sus juicios.

Cuando fue liberado, viajó a Francia, donde se instaló y escribió su última obra: La balada de la cárcel de Reading. Se trata de un poema en conmemoración a la dura vida carcelaria. A los 46 años murió, indigente, en París.

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