Diversidades

Personas trans y COVID-19: ¿Cómo las afectó la pandemia?

Las travestis y trans son las personas del colectivo LGTB + que más sufren los efectos de la crisis que deja el virus. Qué pasa con la vivienda, el trabajo y la salud en el grupo con una expectativa de vida de entre 35 y 40 años.
Luciana Arias
por Luciana Arias |
Dentro del LGBT iQ+ las travestis y trans son la población más vulnerable: cerca del 90% están en situación de prostitución. Al no poder salir por las medidas contra el Covid-19 se quedan sin su subsistencia

Dentro del LGBT iQ+ las travestis y trans son la población más vulnerable: cerca del 90% están en situación de prostitución. "Al no poder salir por las medidas contra el Covid-19 se quedan sin su subsistencia, no logran pagar el alojamiento", explican desde las organizaciones.

Entre los problemas centrales de la población travesti y trans está el acceso a la vivienda

Entre los problemas centrales de la población travesti y trans está el acceso a la vivienda, que se acentuó con la pandemia de Covid-19. 

En el MMGyD recibieron cerca de 200 denuncias por amenazas de desalojo. Trabajamos para acompañarlas

En el MMGyD recibieron cerca de 200 denuncias por amenazas de desalojo. "Trabajamos para acompañarlas", explica l subsecretaria de Políticas de Diversidad de Nación, Alba Rueda.

 

El cupo laboral travesti trans establece que el Estado deberá emplear a personas de ese colectivo al menos en el 1 por ciento de su dotación. Además

El cupo laboral travesti trans establece que el Estado deberá emplear a personas de ese colectivo al menos en el 1 por ciento de su dotación. Además, da incentivos para que las contraten en el sector privado. 

Distintas organizaciones travestis y trans reclamaron por años la ley de cupo laboral. 

Distintas organizaciones travestis y trans reclamaron por años la ley de cupo laboral. 

Personas trans y COVID-19: ¿Cómo las afectó la pandemia?
Personas trans y COVID-19: ¿Cómo las afectó la pandemia?
Según el relevamiento del Bachillerato Popular Mocha Celis durante la pandemia de Covid-19 sufrieron desalojos directos o indirectos unas 200 personas travestis y trans.

Según el relevamiento del Bachillerato Popular Mocha Celis durante la pandemia de Covid-19 sufrieron desalojos directos o indirectos unas 200 personas travestis y trans.

Desde el Bachillerato Popular Mocha Celis  armaron el Teje Solidario: 1.200 personas trans reciben alimentos

Desde el Bachillerato Popular Mocha Celis  armaron el Teje Solidario: 1.200 personas trans reciben alimentos, ayuda ante desalojos y situaciones de violencia institucional. Además buscaron mantener las clases.

 

Personas trans y COVID-19: ¿Cómo las afectó la pandemia?
La expectativa de vida de las personas travestis y trans es de 40 años

La expectativa de vida de las personas travestis y trans es de 40 años, según "La revolución de las mariposas", la investigación sobre la situación de la población trans en CABA.

Con el cierre de la esquina de una compañera vienen el hambre y la amenaza de desalojo

"Con 'el cierre de la esquina' de una compañera vienen el hambre y la amenaza de desalojo", dice la subsecretaria nacional de Políticas de Diversidad, Alba Rueda.

Alma Fernández fue primera empleada en ser contratada con el cupo laboral travesti trans en el Senado bonaerense. Salió del Barrio 31 de Retiro

Alma Fernández fue primera empleada en ser contratada con el cupo laboral travesti trans en el Senado bonaerense. Salió del Barrio 31 de Retiro, donde vivía hasta que consiguió el trabajo. Hoy acompaña a la población travesti y trans en La Casa de Diana y Lohana que inauguraron en el lugar. 

Alma Fernández forma parte de La casa de Diana y Lohana

Alma Fernández forma parte de "La casa de Diana y Lohana", el centro de asistencia y atención comunitaria para la población travesti y trans que se creó durante la pandemia del Covid-19 en el Barrio 31, de Retiro.

 

Su casa nueva está cerca de su trabajo, en el barrio de Congreso y muy lejos de su Tucumán natal. Alma Fernández llegó a la Ciudad de Buenos Aires en 2001 con la esperanza de salir de la pobreza. "Como la mayoría de las travestis del norte, venimos a la Capital a prostituirnos porque mi colectivo no tiene otras posibilidades", dice a A24.com la primera empleada en ser contratada en el Senado bonaerense con el cupo laboral travesti trans.

Hasta hace pocos meses su vida era muy distinta. "El comienzo de la pandemia me agarró viviendo en la villa 31", cuenta Alma. Este es el primer empleo en blanco de Alma, que tiene 38 años y aprendió a leer a los 30. En octubre y con el trabajo, llegó la oportunidad de mudarse. "Haberme ido de la villa me hizo pensar en cómo se vive ahí", dice. "En la 31 perdimos a una compañera, se llamaba Jania, era peruana. Tenía 48 años, murió en ese mismo mes".

"La población más vulnerable del colectivo TLGBINB (trans, lesbianas, gays, binaries y no binaries) son las travestis y trans porque son las que, casi en un 90% están en situación de prostitución. Por eso, al no poder salir a la calle para tener mecanismos de subsistencia, no logran pagar sus casas o la pieza donde viven", dice a A24.com Claudia Vásquez Haro, Doctora en Comunicación y titular de Otrans Argentina.

La crisis que trajo aparejado el Covid-19 golpeó fuerte sobre las personas travestis y trans, cuya expectativa de vida es de 40 años. Este último dato surge de "La revolución de las mariposas", una investigación sobre la situación de la población trans en CABA que elaboraron el Programa de Género y Diversidad Sexual del Ministerio Público de la Defensa de la Ciudad, la Fundación Divino Tesoro y el Bachillerato Popular Trans Mocha Celis en 2017.

"Jania había superado esa edad. Las olvidadas del colectivo son las más grandes, las adultas", dice Alma. Hasta que se enfermó, Jania trabajaba en la zona de Flores. "Tuvimos que buscar a su familia que vino al país a llevarse el cuerpo", recuerda. "Con la pandemia ella salía igual, había que pagar el alquiler. Quedarse en casa durante la cuarentena fue un privilegio de clase. Nosotras no podíamos hacer teletrabajo".

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Alma Fernández fue primera empleada en ser contratada con el cupo laboral travesti trans en el Senado bonaerense. Salió del Barrio 31 de Retiro, donde vivía hasta que consiguió el trabajo. Hoy acompaña a la población travesti y trans en La Casa de Diana y Lohana que inauguraron en el lugar.

Alma Fernández fue primera empleada en ser contratada con el cupo laboral travesti trans en el Senado bonaerense. Salió del Barrio 31 de Retiro, donde vivía hasta que consiguió el trabajo. Hoy acompaña a la población travesti y trans en La Casa de Diana y Lohana que inauguraron en el lugar.

Covi-19: Quiénes son las personas más expuestas del colectivo LGBT IQ+

A. vive en un hotel sobre la avenida Independencia, en la Ciudad de Buenos Aires. Son las 4 de la tarde y, por teléfono, se disculpa por no haber contestado antes. "Al mediodía, cuando me llamaste estaba durmiendo. Viste que nosotras trabajamos de noche y un poco de día". A. está en su pieza y, mientras responde, comparte una comida con una compañera suya que se suma a la conversación.

Desde que la pandemia se instaló en la Argentina, en Otrans Argentina recibieron una treintena de denuncias por desalojos por falta de pago, tanto en CABA como el la provincia de Buenos Aires. Lo mismo cuenta Francisco Quiñones Cuartas, director del Bachillerato Popular Trans Mocha Celis, la primera escuela secundaria pública y gratuita para personas trans y travestis en el mundo. "A los 15 días de iniciada la cuarentena empezaron a llamar las estudiantes. Surgían desalojos o no tenían alimentos", dice.

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"La Ciudad no tiene estadísticas. Tampoco políticas para el problema habitacional. Las compañeras llegan de sus lugares de origen y viven hacinadas en hoteles. Así terminan muchas veces relacionadas con situaciones de delitos menores", dice Quiñones Cuartas.

En el hotel de la avenida Independencia se sienten el frío de julio y la ansiedad por la cuenta regresiva. "La orden de desalojo está. Algunas consiguen dónde ir, otras no. Una de las que quedó acá es una chica extranjera, tiene 4 perritos", dice A. "No trabajamos", aporta su compañera. A. concuerda: "Como no tenemos un trabajo estable no podemos juntar el dinero. Y se nos va complicando".

Una esperanza de empleo formal

En estos días, la comunidad LGBTIQ+ respira una bocanada de aire fresco. A dos semanas de su sanción, el Poder Ejecutivo promulgó la ley de cupo laboral travesti trans. La norma establece que los tres poderes del Estado deberán emplear a personas de ese colectivo al menos en el 1 por ciento de su dotación. Además, da incentivos para que las contraten en el sector privado. Las distintas organizaciones que las nuclean celebran ese logro colectivo.

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Distintas organizaciones travestis y trans reclamaron por años la ley de cupo laboral.

Distintas organizaciones travestis y trans reclamaron por años la ley de cupo laboral.

Alba Rueda es subsecretaria de Políticas de Diversidad de la Nación, organismo que forma parte del Ministerio de Mujeres, Género y Diversidad (MMGyD). El día en que da esta entrevista no es cualquiera para ella: estuvo junto al presidente Alberto Fernández en el acto en que se promulgó la Ley 27.636. También lo vive como militante por los derechos humanos de personas trans y travestis. "Estoy muy emocionada", dice a A24.com.

La ley es una meta por la que el colectivo peleó durante años. Sin embargo, desde las organizaciones sostienen que va a pasar tiempo hasta que buena parte de las personas travestis y trans, que hoy subsisten en la informalidad, accedan a un empleo. Mientras tanto, muchas están en riesgo. La pandemia lo amplificó.

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Entre los problemas centrales de la población travesti y trans está el acceso a la vivienda, que se acentuó con la pandemia de Covid-19.

Entre los problemas centrales de la población travesti y trans está el acceso a la vivienda, que se acentuó con la pandemia de Covid-19.

¿Cómo afectó el Covid-19 al colectivo travesti trans?

"La pandemia impactó de manera cruda y arrolladora hacia el cuerpo de las feminidades travestis y trans", señala Vásquez Haro. La falta de trabajo y vivienda se expusieron más durante los primeros meses en que el Covid-19 se instaló en la Argentina y con las medidas de aislamiento obligatorio como el ASPO.

"Apenas asumimos empezó la pandemia y trabajamos fuertemente con una política alimentaria, eso era lo que pedían las organizaciones sociales, comida principalmente", dice Rueda, quien además preside Mujeres Trans Argentina e integró el Observatorio de Género en la Justicia de la Ciudad.

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"Con 'el cierre de la esquina' de una compañera vienen el hambre y la amenaza de desalojo", dice la subsecretaria nacional de Políticas de Diversidad, Alba Rueda.

Según la funcionaria, desde el MMGyD buscaron "incorporar a las personas trans en las políticas alimentarias de las provincias y los municipios, apuntamos al reconocimiento de la ciudadanía trans en lo territorial". En palabras de Rueda, hasta el momento no recibían alimentos, en parte porque "las representaciones de la pobreza del país no incluyen la identidad de género. No las tenían relevadas, no sabían ni dónde estaban".

Para eso trabajaron junto a las organizaciones sociales, explica. También con las áreas de Diversidad y Género del Consejo Federal, que a su vez, contactaron con las áreas de Desarrollo Social para conformar listas de personas que necesitaban apoyo alimentario. "Lo recibieron más de 8 mil, según los números oficiales. Algunas organizaciones nos dijeron que se los habían dado una única vez y volvimos a ver qué pasaba".

Cuáles son las principales urgencias

Jem Rodríguez Lozano es coordinadora de CABA de Otrans Argentina. Su trabajo está en el territorio: cuando baja el sol se acerca a la zona de Constitución, donde trabajan A. y las otras habitantes del hotel de la av. Independencia. Una de ellas no tiene celular. "Le pedí el de una amiga para ver si la contacto. Hay varias compañeras a las que les dieron dos semanas para que desocupen. Ya se les cumple el tiempo".

"Ahora somos pocas chicas. Algunas se fueron de manera obligada a sus provincias, otras quedaron aquí. Yo sinceramente estoy buscando empleo y no consigo", dice A. desde el hotel que tiene un pedido de desalojo hace unos 40 días por peligro de derrumbe.

La vivienda es un punto central. "Hay compañeras que vivieron situaciones terribles en los desalojos. De mi entorno cercano solo conozco una persona propietaria. Al no tener trabajo es mínima la posibilidad", dice Vásquez Haro. Por eso desde Otrans reclaman el acceso al Plan Nacional de Vivienda sin requisitos ni mecanismos que las excluyan.

"Gran parte de la economía de subsistencia se manifestó de la forma más drástica. Con 'el cierre de la esquina' de una compañera vienen el hambre y la amenaza de desalojo", dice Rueda. En el MMGyD recibieron cerca de 200 denuncias por amenazas de desalojo. "Trabajamos para acompañarlas", agrega. Lo hacen junto a la Defensoría del Pueblo de la Ciudad y los Ministerios Públicos nacional y porteño.

Según la subsecretaria, los desalojos se dan con más frecuencia en los principales centros urbanos. Y refiere a información de el Teje Solidario: "más del 90% de las residentes trans viven en hoteles familiares, en asentamientos o barrios populares". En la mayoría de los casos no cuentan con contratos formales. Por eso el decreto presidencial que prohibía los desalojos durante los primeros meses de la pandemia, no los alcanzó.

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Según el relevamiento del Bachillerato Popular Mocha Celis durante la pandemia de Covid-19 sufrieron desalojos directos o indirectos unas 200 personas travestis y trans.

Según el relevamiento del Bachillerato Popular Mocha Celis durante la pandemia de Covid-19 sufrieron desalojos directos o indirectos unas 200 personas travestis y trans.

Crisis en la vivienda: un problema en la Argentina y el mundo

Según un relevamiento de la Mocha Celis en Ciudad de Buenos Aires sufrieron desalojos directos o indirectos unas 200 personas travestis y trans. "Cuando terminó el D.N.U. que evitaba los desalojos las chicas de un hotel de Palermo habían llegado a una deuda de $50.000. Se quedaron con sus muebles como parte de pago. Nosotros logramos intervenir en un caso y evitamos que perdiera sus pocas cosas de valor", dice el director del bachillerato trans.

"En algunos casos, los dueños de los hoteles tienen relaciones con las compañeras. Ellas viven en una situación de precariedad absoluta. Hay piezas que no tienen colchones, les llevamos frazadas. Los desalojos son violentos, les tiran las cosas a la calle", detalla. En cuanto a los subsidios habitacionales que otorga el Gobierno porteño, Quiñones Cuartas explica: "fueron muy escasos, hoy son de $8.000".

Por su parte, dentro del colectivo la situación la de las personas migrantes es más compleja aún. Muchas no tienen la documentación para acceder a las ayudas.

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La expectativa de vida de las personas travestis y trans es de 40 años, según

La expectativa de vida de las personas travestis y trans es de 40 años, según "La revolución de las mariposas", la investigación sobre la situación de la población trans en CABA.

Según el informe "El Impacto de la pandemia de Covid-19 en los derechos humanos de las personas LGTB", de a la Asamblea General de la ONU, "las personas que se encuentran sin hogar se ven ahora obligadas a depender de la vivienda social y los programas de refugio que no son suelen ser seguros para las poblaciones más estigmatizadas".

Eso se refrenda en lo local. "Nos hubiera gustado que nos dieran un hotel, como les daban a las personas con Covid o que tenían que hacer la cuarentena cuando volvían de viaje, para la población travesti y trans. Se los pedimos ya que no hay paradores para ellas". En general, les proponen ir a refugios de hombres o de mujeres. "Prefieren no ir por la violencia que reciben. Entonces algunas quedan en situación de calle porque van de una casa a otra".

El informe de Naciones Unidas también refiere al dilema de vivir en espacios comunes hacinados, o de la obligación a volver a convivir con comunidades y familias hostiles.

El rol del bachillerato trans Mocha Celis

Desde "la Mocha", como llaman sus docentes y estudiantes a la Unidad de Gestión Educativa Experimental No. 16, armaron red. A través de alumnas y otros colaboradores crearon el Teje Solidario, que hoy integran cerca de 1.200 personas trans y en el que colaboran unos 300 voluntarios. Desde hace meses les acercan alimentos, intervienen ante desalojos y situaciones de violencia institucional. Además crearon un equipo de atención médica online.

También buscaron sostener las clases. "Al no tener computadoras -porque cortaron los planes Conectar Igualdad, de Nación y el Sarmiento, del Gobierno de la Ciudad- ni internet, armamos cuadernillos con los contenidos y los repartimos junto a los alimentos. Las estudiantes nos mandan fotos con sus trabajos por Whatsapp. Pero es muy difícil", cuenta el director.

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Desde el Bachillerato Popular Mocha Celis  armaron el Teje Solidario: 1.200 personas trans reciben alimentos, ayuda ante desalojos y situaciones de violencia institucional. Además buscaron mantener las clases.

Desde el Bachillerato Popular Mocha Celis armaron el Teje Solidario: 1.200 personas trans reciben alimentos, ayuda ante desalojos y situaciones de violencia institucional. Además buscaron mantener las clases.

El Barrio 31, con Alma

"Está en el fondo de la villa", dice Alma sobre "La casa de Diana y Lohana", el centro de asistencia y atención comunitaria que en plena pandemia inauguró una sede en ese barrio popular de la Ciudad de Buenos Aires.

En el espacio acompañan a la población travesti y trans porteña ante los efectos sanitarios y socio-económicos del Covid-19. Al lugar concurren 87 personas. Entre otras tareas las ayudan con la vacunación: les piden el turno, lo controlan y las llevan a recibir sus dosis. "Tienen ganas de vacunarse, lo ven como una esperanza", cuenta Alma.

Según explica, al inicio de la pandemia y con las restricciones de movilidad, el trabajo en la calle era mucho más complicado. "Salían una o dos horas, para tener para la comida. El riesgo de contagio estaba, pero si tus ingresos vienen solo de la calle no tenés opción".

Con las medidas menos estrictas las zonas rojas quedaron más liberadas: "les permiten estar unas 4 o 5 horas. Pero quedaron con deudas enormes en los hoteles. Entonces tuvieron que salir a trabajar más horas para intentar pagarlas", cuenta.

La activista trabajó en generar conciencia sobre la enfermedad: "Las compañeras entendieron que hay que cuidarse. Hay un protocolo que aplican las que están en situación de prostitución. Usan siempre barbijo, solo admiten posiciones sexuales que tengan menos exposición, llevan siempre alcohol en gel."

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La expectativa de vida de las personas travestis y trans es de 40 años, según

La expectativa de vida de las personas travestis y trans es de 40 años, según "La regún la revolución de las mariposas", la investigación sobre la situación de la población trans en CABA.

¿Cómo fue el acceso a la salud para las personas travestis y trans?

Con el transcurso de la pandemia hubo cambios, adaptaciones. "En un primer momento el acceso a la salud se hizo complejo. Desde Otrans Argentina buscamos articular para la entrega de medicamentos de VIH. Después fue mejorando pero sabemos que falta mucho".

"Nosotras trabajamos con el área de acceso a la salud integral con el Ministerio de Salud frente al impacto del Covid. En abril de 2020 se establecieron recomendaciones para que no se cortaran los tratamientos de hormonales, los de VIH, las internaciones", dice Rueda.

Desde la Mocha Celis trabajaron para agilizar la asistencia médica. "Articulamos con el Hospital Laura Bonaparte, que tiene atención médica integral, brindan la hormonización, servicios de psicología y psiquiatría, un acompañamiento a las personas trans", dice Quiñones Cuartas.

"Las organizaciones sociales hicieron un trabajo importante en articular con el Estado durante la pandemia. Es muy valioso porque sin esa red la situación hubiese sido más dramática", dice Candela Cabrera, responsable del área de Género y Diversidad del Ministerio de Salud de la Nación.

Desde allí explican que no se conoce con precisión cómo impactó la morbilidad en el grupo de las personas travestis y trans ya que no se trabajó esa información de manera desagregada por no considerarse que pertenecieran a un grupo de riesgo.

Qué pasa con las personas travestis y trans que sufren violencias

En enero el MMGyD y el de Desarrollo Social firmaron un convenio que habilita a las personas travestis y trans que sufren situaciones de violencia de género a inscribirse en el programa "Potenciar Trabajo". "Acercamos las listas para que ingresen. Se anotaron 6.000 personas que reciben $10.000 que se duplican si pertenecen a unidades productivas", dice Rueda. "Hasta entonces estaba el programa Hacemos Futuro que recibían mil personas".

Según Vásquez Haro, las políticas públicas que buscaron paliar lo efectos económicos de la pandemia en los sectores más desprotegidos, como el plan Potenciar Trabajo o el IFE, tardaron un tiempo en llegar a toda la población travestis y trans que la solicitó. "Si bien hay medidas son insuficientes ante los años de exclusión, de olvido por parte del Estado, aunque hoy hay avances".

Por qué es importante la ley de cupo travesti trans

El 7 de julio se firmó el decreto que promulga la Ley 27.636 de Promoción del Acceso al Empleo Formal para Personas Travestis, Transexuales y Transgénero “Diana Sacayán-Lohana Berkins”. Además del fomento a las contrataciones desde los ámbitos público y privado, promueve líneas de crédito desde el Banco Nación para emprendimientos.

La norma nacional tenía el antecedente de un D.N.U.: en septiembre de 2020 se estableció el cupo laboral en el sector público nacional. "Cuando hicimos el diagnóstico había menos de 30 personas en funciones. Hoy ya hay 220", dice Rueda. En enero el MMGyD inauguró un Registro de Anotación Voluntaria de Personas Travestis, Transexuales y Transgénero para el sector público. "Desde el Ministerio de Salud todos los meses nos piden personas inscriptas para sumar a sus filas".

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El cupo laboral travesti trans establece que el Estado deberá emplear a personas de ese colectivo al menos en el 1 por ciento de su dotación. Además, da incentivos para que las contraten en el sector privado.

El cupo laboral travesti trans establece que el Estado deberá emplear a personas de ese colectivo al menos en el 1 por ciento de su dotación. Además, da incentivos para que las contraten en el sector privado.

Además de los puestos de trabajo, el cupo laboral generó otro efecto. "Desde que está el decreto, aumentó la matrícula de la Mocha. De 5 o 6 estudiantes que teníamos en la primaria pasamos a 60. En la secundaria teníamos 3 cursos con 30 estudiantes cada uno, 90 en total. Ahora cada curso tiene 100 personas", dice el director del bachillerato.

Desde Otrans, Vázques Haro agrega. "La mayor urgencia era que las compañeras pudieran insertarse en el mercado laboral formal. Ahora ya tenemos la ley de cupo travesti trans. Pero la seguimos viendo como una urgencia y pedimos que se implemente porque sin trabajo una no puede pensar una vida, pagarse el alquiler, estudiar ni concretar ningún tipo de proyecto".

Mientras tanto, hoy Alma vive su logro, aunque sostiene que los cupos no son lo ideal. "Tenemos que preguntarnos como personas cuánto cupo trans real hay entre nuestros entorno, el barrio o nuestros amigos". Cada semana vuelve al Barrio 31 y busca transformar la furia del presente.

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Alma Fernández forma parte de

Alma Fernández forma parte de "La casa de Diana y Lohana", el centro de asistencia y atención comunitaria para la población travesti y trans que se creó durante la pandemia del Covid-19 en el Barrio 31, de Retiro.