Cristian Ruíz, autor de la publicación, describió con pesar el panorama que dejaron las inclemencias climáticas: "Lo que dejó el temporal. Estas son imágenes de un campo al oeste de Santa Cruz, donde la maquinaria vial no llegó. Vino el deshielo y dejó al descubierto las consecuencias. Tristísimo", afirmó.
El cambio climático y sus estragos: los glaciares andinos retrocedieron a sus niveles más bajos en más de 11.700 años
La aparición de estos animales fallecidos, aunque resultó impactante, no fue del todo inesperada. Desde mediados de julio, diversas voces del ámbito rural en Santa Cruz habían advertido sobre las posibles pérdidas de ganado debido a las intensas nevadas y las bajas temperaturas en la región patagónica.
Por otro lado, Enrique Jamieson, presidente de la Federación de Instituciones Agropecuarias de Santa Cruz, ya había señalado que aproximadamente un millón de ovejas y 40 mil cabezas de ganado vacuno estaban en peligro.
En ese momento, el Estado intentó despejar las rutas hacia las estancias, pero las condiciones extremas dificultaron la llegada de la asistencia.
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Santa Cruz y una postal desgarradora: tras el descongelamiento encuentran miles de animales muertos, la mayoría ovejas
Las rutas cubiertas con hasta medio metro de nieve, junto con las intensas heladas y fuertes vientos que persistieron durante junio y julio, complicaron aún más la situación. A pesar de la ayuda del Ejército Argentino, que intervino con vehículos especiales, la magnitud del desastre fue inmensa, según estipularon.
Tras la llegada del deshielo, quedaron expuestos miles de animales muertos. Foto: Federación de Instituciones Agropecuarias de Santa Cruz.
Con una acumulación de nieve de hasta 60 centímetros en algunas zonas, la preocupación de los ganaderos por el impacto económico no paró de crecer. Aunque las ovejas pueden sobrevivir hasta 15 días sin alimento, las condiciones extremas resultaron letales para una gran parte del ganado.
Se estima que hasta el 50% del ganado ovino y vacuno podría haber muerto debido a la falta de alimento y las severas condiciones climáticas. Aunque aún no se disponen de cifras oficiales, las pérdidas se calculan en cientos de miles de animales, lo que representa un duro golpe para la economía rural de la provincia patagónica.