Sin duda, y aunque existen riesgos y preocupaciones válidas, la tecnología blockchain posee un enorme potencial para democratizar las finanzas, aumentar la transparencia económica, reducir los costos para hacer negocios y estimular la innovación.
A continuación, se repasan algunos de estos mitos que impactaron a la industria cripto y todavía siguen vigentes.
Mito 1: “A las criptomonedas sólo las usan los delincuentes”
En los primeros tiempos de las criptomonedas, una parte mucho mayor del volumen total de transacciones estaba asociada a la delincuencia. En la última década, el aumento de la presión policial y la regulación de las criptomonedas han ayudado a reducir los delitos relacionados con las criptomonedas, mientras que las herramientas de análisis de blockchain también han facilitado la investigación y la prevención de actividades ilícitas.
El progreso ha sido impresionante, ya que datos de la consultora especializada Chainalysis estimaron que la actividad ilícita representó menos del 1% del volumen total de transacciones de criptomonedas en 2022.
Mito 2: “Las criptomonedas carecen por completo de regulación”
Especialmente en los últimos 4 años, los países han ido avanzando en la introducción de normativas que cubren a las criptomonedas en temas tan diversos como la lucha contra el blanqueo de capitales, la protección de los consumidores, la conducta en el mercado y los requisitos prudenciales.
Mito 3: “No hay forma de protegerse contra los piratas informáticos”
En los inicios de Internet, la sabiduría popular decía que nunca se debían introducir los datos de la tarjeta de crédito en un sitio web. Cuando apareció la tecnología de cifrado SSL y se establecieron pasarelas de pago fiables, el comercio electrónico empezó a proliferar.
En la industria de las criptomonedas se observa una dinámica similar, donde la piratería es un problema que se está resolviendo con el tiempo. En sus comienzos, los exchanges centralizados surgieron como una solución popular para intercambiar y almacenar criptomonedas con un custodio, pero las deficiencias de seguridad provocaron importantes hackeos. Sin embargo, en los años transcurridos desde entonces, estos mismos exchanges centralizados se han convertido en un sector más consolidado de la industria, mejorando sus capacidades de seguridad y, por lo tanto, enfrentando menos incidentes de ciberdelitos.
Por lo general, las nuevas tecnologías nacidas de Internet suelen enfrentarse a problemas de seguridad en sus inicios. A medida que crece su adopción, los participantes del sector aprenden de cada incidente y la seguridad mejora.
Mito 4: “Las empresas de criptomonedas son muy riesgosas para interactuar con bancos”
Demasiadas instituciones consideran que el sector de las criptomonedas es un monolito de alto riesgo en lo que respecta al cumplimiento.
En realidad, el ecosistema es increíblemente diverso. Hay participantes directos en el mercado, proveedores de infraestructuras y datos, plataformas de juego y de inteligencia artificial, procesadores de pagos y organizaciones totalmente nuevas que están construyendo formas novedosas de crear, socializar y realizar transacciones. Y, debido a la transparencia inherente a la blockchain, los bancos pueden ver todas las transacciones con criptomonedas de estas empresas en tiempo real.
Mito 5: “Todas las criptomonedas son Bitcoin”
Aunque Bitcoin fue la primera forma de criptodivisa y es la mayor por capitalización bursátil, miles de otras criptodivisas han entrado desde entonces en el ecosistema, en cientos de blockchains diferentes.
Según CoinMarketCap, existen más de 24.000 criptomonedas, que cotizan en más de 600 bolsas, y la capitalización de mercado de las criptomonedas supera el billón de dólares.
Mito 6: “Las criptomonedas son puras estafas”
Las personas con un conocimiento mínimo del ecosistema creerían que no se puede confiar en las criptomonedas. Sin embargo, los datos muestran que las estafas representan una pequeña fracción de toda la actividad de las criptomonedas. Los servicios principales recibieron entradas de criptodivisas por valor de 8,1 billones de dólares en 2022, mientras que los ingresos colectivos en cadena de los estafadores de criptodivisas fueron de sólo 6.000 millones de dólares en el año.
Mito 7: “Cripto es anónimo e imposible de rastrear”
Las transacciones de criptomonedas no son anónimas como muchos consideran. Lejos de ser anónima, la blockchain ha producido el sistema financiero más transparente y democratizado que el mundo ha visto hasta ahora, con todas las transacciones registradas en un libro de contabilidad público.
Sin embargo, para supervisar eficazmente la actividad o localizar a los delincuentes, es importante contar con las herramientas adecuadas, y ahí es donde entran en juego las plataformas de análisis de blockchain. Las empresas de criptomonedas, las instituciones financieras y las fuerzas de seguridad han estado utilizando estas herramientas para mantener el cumplimiento, mitigar el riesgo y rastrear la actividad delictiva con el fin de recuperar los fondos robados o ilícitos.
Mito 8: “Las criptomonedas no se usan en la vida real, son una moda pasajera”
Las criptomonedas tienen varios casos de uso en el mundo real, especialmente en los mercados emergentes, muchos de los cuales están liderando la adopción popular de cripto. Los pagos internacionales de particulares y pequeños empresarios se realizan cada vez más en criptomonedas, por su mayor rapidez y menor costo. Las remesas también permiten hacer donaciones benéficas.
Quince años después del libro blanco Bitcoin de Satoshi Nakamoto, las divisas digitales han pasado de ser un único activo digital a convertirse en un próspero ecosistema con una capitalización de mercado mundial de 1,18 billones de dólares.
Además, los gobiernos están implantando o investigando la viabilidad de las monedas digitales de bancos centrales basadas en blockchain (CBDC), así como proporcionando claridad regulatoria a las criptodivisas.
Mito 9: “Los principios de las criptomonedas son demasiado complicados de entender”
En primer lugar, para comprar y comerciar con criptomonedas no es necesario comprender la tecnología que las sustenta. Después de todo, es probable que la mayoría de la gente no sepa exactamente cómo funciona el sistema SWIFT, pero nadie se opondría a que hicieran transferencias bancarias internacionales.
Asimismo, el uso de un servicio de confianza ha hecho que sea más fácil que nunca para los inversores novatos comprar y vender cripto a través de experiencias de usuario seguras, guiadas y sin problemas.
Mito 10: “Las criptomonedas permiten evadir impuestos”
No existen exenciones fiscales per se para las transacciones con moneda virtual. Por ejemplo, en los Estados Unidos, el IRS trata los activos digitales como propiedad a efectos del impuesto sobre la renta que incluye, pero no se limita, a la moneda virtual convertible y criptomonedas, stablecoins o tokens no fungibles (NFT).
Los inversores deben declarar las criptotransacciones en una declaración de la renta y diversos tipos de operaciones pueden dar lugar a ganancias o pérdidas imponibles. Además, la transparencia y la inmutabilidad de blockchain hacen que sea difícil ocultar la actividad de transacción que puede desencadenar eventos fiscales.