El 7 de septiembre de 2021 será una fecha que marcó un hito en la historia económica de El Salvador. Bajo el gobierno del presidente Nayib Bukele, el país se convirtió en el primero en adoptar Bitcoin como moneda de curso legal.
El 7 de septiembre de 2021 será una fecha que marcó un hito en la historia económica de El Salvador. Bajo el gobierno del presidente Nayib Bukele, el país se convirtió en el primero en adoptar Bitcoin como moneda de curso legal.
Bukele se convirtió en presidente de El Salvador el 01 de junio del 2019, después de una campaña impulsada en gran medida por redes sociales. Ganó la presidencia con el 53% de los votos a favor. Previamente, ya se había desempeñado como alcalde de dos municipios de su país, obteniendo unos buenos resultados durante su gestión.
De ascendencia palestina, Bukele cuenta con estudios en empresas. Empezó a trabajar en la política desde 2012, iniciando con su postulación a la alcaldía de Nuevo Cuscatlán, apoyado por el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).
Durante su paso por dicho cargo, Nayib Bukele ayudó a la clase pobre a acceder a servicios básicos como el agua de manera gratuita, donó su salario para el financiamiento de becas escolares y a su llegada no despidió a ningún funcionario o trabajador de banderas opositoras.
Más adelante, en 2015, se lanzó a la Alcaldía de San Salvador, capital de El Salvador, apoyado por el mismo grupo. Bukele resultó ganador. Desde hace seis años, Bukele se destaca por ser uno de los críticos más grandes de los partidos tradicionales de su país. Incluso, el político siempre se dio a conocer como un líder de izquierda radical.
Pese a sus buenos actos con los trabajadores y la clase pobre, al llegar a la presidencia la forma de hacer política de Bukele cambió de forma considerable. El presidente de El Salvador presionó por la implementación de la denominada “limpieza de casa” para que destituyeran al fiscal general de la República y de todos los magistrados de la sala constitucional de la Corte Suprema de Justicia, reemplazándolos por adeptos a su régimen. Esta y otras acciones similares hicieron que Bukele fuera catalogado como un gobernante autoritario.
El Salvador es un país con una economía que subsiste gracias a las remesas que recibe, las cuales representan aproximadamente el 70% del dinero que llega al territorio. Incluso, en el 2019, esas remesas alcanzaron un monto de USD 5.649 millones, es decir, el 12% de PIB del país.
Por esta situación, Nayib Bukele vio una gran oportunidad en Bitcoin para ayudar a facilitar el envío de remesas en caso de una posible sanción por parte de Estados Unidos al poder ser considerado como un régimen autoritario.
Frente a la prensa, Bukele asegura que la decisión de adoptar Bitcoin como moneda de curso legal en El Salvador se dio luego de ver la actuación irresponsable de los bancos centrales del mundo respecto al uso y adopción de las criptomonedas.
Sin embargo, en una conversación con Justin Sun, CEO de la Tron Foundation, Bukele aseguró que tiene interés en impulsar la industria cripto con acciones como el no cobro de impuestos sobre las ganancias de capital para Bitcoin y la facilitación de residencias permanentes inmediatas para los emprendedores de la industria cripto.
Además, después del anuncio, El Salvador ha estado en conversaciones de las figuras importantes de la industria como Changpeng Zhao, CEO de Binance, Tyler Winklevoss, co-fundador de Gemini, Caitlin Long, CEO de Avanti Bank y Anthony Pompliano, inversionista y reconocido influencer de la industria.
De hecho, en el momento del anuncio, El Salvador compró 2.381 bitcoins a un precio aproximado de 43.400 dólares cada uno. Pero las adquisiciones no pararon allí, pues en junio de 2022, la nación compró otros 80 bitcoins a un precio cercano a los 19.000 dólares cada uno. Y, como si fuera poco, a finales de 2022 Nayib Bukele anunció que compraría un Bitcoin al día, sin que el valor representara un inconveniente.
Pese a la notoria popularidad que tuvo la decisión del presidente Bukele en un primer momento, muchos cuestionaron el movimiento y las cifras lo dicen todo.
De acuerdo al Instituto Universitario de Opinión Pública de El Salvador, a finales de 2022 solo el 24% de los ciudadanos habían usado Bitcoin para realizar pagos o compras. Asimismo, las cifras revelan que el 77% considera que el gobierno no debería utilizar recursos de la nación para seguir comprando Bitcoin. Por su parte, el 66% considera que adoptar Bitcoin como moneda legal fue un fracaso.
Por otro lado, al respecto, en febrero de 2023, el FMI expresó que era importante que las autoridades de El Salvador pudieran reconsiderar sus planes para ampliar las exposiciones del gobierno a Bitcoin. De acuerdo al organismo, “el uso de la criptomoneda podía crecer dada su condición de divisa legal, y en ese caso sí requerirían ser abordados”.
Sin embargo, poco después, el organismo financiero dejó ver que la economía del país está pasando por un buen momento, luego de recuperarse y ubicarse como estaba antes del inicio de la pandemia. Esto se sostiene en el hecho de que El Salvador tiene un PIB real del 2,4%.
No se podría decir que la única razón por la que la economía del país ha mejorado sea el uso de Bitcoin como moneda legal, pero sí se puede ver que, sin duda, es un factor que ha podido influir.
En mayo de 2023, Nayib Bukele promulgó la Ley para el Fomento a la Innovación y Manufactura de Tecnologías, con lo que se retiran todos los impuestos sobre la industria tech en el país, eliminar el impuesto de plusvalía sobre ganancias sobre Bitcoin, así como otras medidas.
“Acabo de promulgar la Ley para el Fomento a la Innovación y Manufactura de Tecnologías, que elimina todos los impuestos (sobre la renta, la propiedad, las ganancias de capital y los aranceles de importación) sobre las innovaciones tecnológicas, la programación de software y aplicaciones, la IA, la fabricación de hardware de computadoras y comunicaciones”, aseguró Bukele en su cuenta oficial de Twitter.
El mandatario asegura que la ley busca propiciar ventajas impositivas para convertir al país en un polo tecnológico atractivo para inversiones de diversos orígenes. Con esta lógica, también busca alentar la presencia de empresas de criptomonedas.