Amazon Prime Video estrena este viernes “El Presidente”, una serie que narra cómo fue el detrás de escena del FIFAGate que terminó con el dominio de Joseph Blatter al frente del ente deportivo más grande del mundo.
Amazon Prime Video estrena este viernes “El Presidente”, una serie que narra cómo fue el detrás de escena del FIFAGate que terminó con el dominio de Joseph Blatter al frente del ente deportivo más grande del mundo.
La historia tiene un protagonista inesperado que es Sergio Jadue, interpretado por Andrés Parra. El ignoto dirigente, que venía de presidir un equipo recientemente ascendido de la segunda división de Chile, se transforma por un guiño del destino en el elegido para asumir la presidencia de la ANFP (Asociación Nacional de Fútbol Profesional).
El camino para crecer no era fácil, pero supo bien dónde escudarse: en Don Julio Grondona. El ex presidente de la AFA, en la piel de Luis Margani, aprovechó la juventud de Jadue para guiarlo en sus primeros pasos en Conmebol.
Fue ahí, en la sede de Luque, un pueblo a 15 minutos de Asunción que cuenta con inmunidad diplomática, donde todos los negocios que en otras latitudes serían ilegales, fueron posibles sin problemas ni restricciones.
Con el FBI investigando y apretando a un Jadue que fue tomando poder a una velocidad descomunal, la serie hace un recorrido por la carrera del chileno: la renuncia de Marcelo Bielsa, sobornos, derechos de televisión con la generación de cuentas fantasmas en Uruguay, la obtención de la organización de la Copa América 2015 y el arreglo del sorteo en Santiago.
“El Presidente” muestra personajes del fútbol que ya hoy olvidamos, pero que dominaron durante más de 30 años nuestro entretenimiento:
Fue el 8 de noviembre de 2013 y lo recuerdo porque al día siguiente volaba a Brasil para una cobertura. Esa noche, en un conocido bar de Palermo, frente al ACA de Avenida del Libertador, se celebraron los 80 años de La Oral Deportiva.
Trabajando para el mismo grupo, fui enviado de cronista al VIP del lugar que contaba con la presencia de absolutamente todo el arco futbolístico del país. Jugadores, entrenadores, árbitros, dirigentes, personalidades del medio y, por supuesto, Don Julio.
Con paso lento, pero firme. Sereno ante el gran movimiento que su persona generaba. Todos querían saludarlo. Tocarlo. Decirle algo. En un momento, en ese entonces un joven periodista, se acercó para hacerle cuatro preguntas.
Julio usaba audífonos, no oía absolutamente nada, parecía que las preguntas las leía de tus labios y que las respuestas siempre serían lo que él quisiera decirte. La primera, de manual, sobre el contexto y lo que se celebraba.
Me pidió que le repita la pregunta y cuando escuchó las primeras tres palabras, me miró y me dijo “quiero felicitarte, ese análisis no se escucha todos los días”. Listo. Con su primera respuesta ya marcó la nota y se aprovechó del ímpetu de un joven que quería “comerse la cancha”.
El resto de la nota fue historia. Ese era Julio Grondona. Un hombre que conocía absolutamente todo sobre el mundo del fútbol. Conocía tanto que el destino decidió que fuera el único que no estuviera detrás de las rejas.
Para sus colegas, solo queda recordarles lo que él siempre decía: Todo Pasa.