El argentino buscó mantenerse competitivo en la segunda mitad de la prueba, pero la falta de dinámica en el Alpine tras el roce le impidió sostener el rendimiento inicial. Así, el sueño de meterse en el top 10 en uno de los circuitos más exigentes y recordados de su trayectoria se desvaneció.
Frustración y bronca en Alpine
Para Colapinto, cada oportunidad de destacar en la categoría reina es vital. Por eso, el toque de Albon dolió más de la cuenta: “No tenía mucho margen y estábamos en una posición expectante. Estas cosas duelen, más cuando no son tu responsabilidad”, reconocieron desde el entorno del piloto.
El resultado dejó un sabor amargo: de la esperanza de sumar puntos a la frustración de terminar relegado. Una postal de lo difícil que resulta consolidarse en la Fórmula 1 cuando los imprevistos -y los rivales- conspiran contra el rendimiento.