Estuvieron presentes dirigentes y se vio a Leandro Desábato, actual entrenador "pincharrata", visiblemente quebrado. La gente le arrojó flores, banderas y camisetas y entonó distintos cánticos, entre los que sobresalió el "Somos soldados de Sabella", un grito de guerra que nació para defenderlo de las críticas en el Mundial Brasil 2014.
La comitiva fúnebre recorrió toda la avenida 1 por el frente del estadio de Estudiantes hasta calle 57, donde terminó el circuito con una suerte de abrazo simbólico.
Después de 40 minutos, la formación siguió su curso hasta el barrio de Tolosa para recibir la despedida de cientos de vecinos en la puerta de la casa del exentrenador, que en estas horas se transformó en un santuario.
Finalmente, luego de recorrer la plaza del barrio, el auto con el féretro de Sabella se dirigió al cementerio Parque Campanario en Florencio Varela para una ceremonia de sepultura íntima.
La Plata y la gente de Estudiantes lo despidió con mucho dolor pero de la mejor manera, como se despide a un hombre común, que inspiró con su conducta ejemplar en el fútbol y la vida.
Fuente: Télam