Un deslizamiento de tierra masivo en Sudán provocó más de 1.000 muertos en Darfur. La avalancha de barro y agua tuvo un efecto devastador. Arrasado una aldea por completo. Para peor, Sudán, es un país devastado por la guerra civil.
Las pronunciadas lluvias durante varios días consecutivos hicieron que un alud de barro y agua se desplazara hacia una población que fue arrasada por completo. Piden ayuda internacional para asistir a las víctimas.
Un deslizamiento de tierra masivo en Sudán provocó más de 1.000 muertos en Darfur. La avalancha de barro y agua tuvo un efecto devastador. Arrasado una aldea por completo. Para peor, Sudán, es un país devastado por la guerra civil.
El desastre se produjo tras días de fuertes lluvias que devastaron la aldea de Tarasin, en las montañas de Marra. "La información inicial indica la muerte de todos los residentes de la aldea, estimada en más de mil personas" informó uno de los grupo que participan en la guerra civil. El deslizamiento de tierra masivo y devastador destruyó por completo parte de una región conocida por la producción de cítricos.
El grupo hizo un llamamiento a las Naciones Unidas y a otras organizaciones humanitarias para que ayuden a recuperar a los muertos que aún permanecen sepultados bajo la tierra y los escombros. Sudán está sumido en una cruenta guerra civil entre el ejército y las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), un grupo paramilitar que ha sumido al país en una de las peores crisis humanitarias del mundo.
Darfur es una región histórica del oeste de Sudán, que ahora está dividida en cinco estados y ha sido el escenario de una grave crisis humanitaria y un prolongado conflicto civil desde 2003 hasta un acuerdo de paz en 2020. Sudán es uno de los países más pobres del mundo.
Por las lluvias con el terreno se volvió inestable y la tierra cedió, por lo que se produjo una catástrofe humanitaria de magnitud sin precedentes. Según el Movimiento/ Ejército de Liberación de Sudán (SLM/A), que controla esta remota zona, más de mil personas murieron y solo un sobreviviente fue encontrado entre los escombros.
El terreno accesible solo a pie o en burro complicó enormemente las labores de rescate; es una de las zonas más inaccesibles de Darfur. El gobernador de la zona calificó el evento como una “tragedia humanitaria” y ha solicitado de manera urgente la intervención de Naciones Unidas y organizaciones internacionales para recuperar cuerpos y brindar apoyo en medio del aislamiento.
El desastre ocurre en medio de un conflicto que ya ha causado decenas de miles de muertes y el desplazamiento de millones dentro del país. Darfur es escenario de un brutal enfrentamiento entre el ejército sudanés y la milicia paramilitar Rapid Support Forces (RSF), lo que intensifica la crisis humanitaria, incluyendo hambre, desplazamientos masivos y violaciones de derechos humanos
Además, Médicos Sin Fronteras (MSF) y otros organismos han advertido que la zona de Jebel Marra, donde sucedió la avalancha, es considerada un “agujero negro” en términos de respuesta humanitaria: comunidades aisladas, necesidad urgente de ayuda y violencia prolongada. Una situación comparable - por otros motivos - a lo que sucede actualmente en la Franja de Gaza
Este desastre natural, uno de los peores en la historia reciente del país, ha sumido a la población afectada en un sufrimiento indescriptible, mientras la comunidad internacional enfrenta desafíos logísticos y de seguridad para acudir al rescate. Las condiciones climáticas extremas —las lluvias prolongadas— y el contexto de guerra civil convierten esta tragedia en algo aún peor. La guerra civil hace muy peligroso para los rescatistas trabajar. Muchas veces pasan por situaciones extremadamente peligrosas para sus vidas, por los combates que se dan en los alrededores.
La guerra civil en Darfur ha dejado cientos de miles de muertos y millones de desplazados que destruyó comunidades enteras. La violencia entre el ejército sudanés, las milicias y grupos rebeldes generó hambrunas, falta de atención médica y colapso de la vida cotidiana. Además, la inseguridad y el aislamiento impiden que llegue ayuda humanitaria, profundizando la crisis.