Este viernes el mundo se sorprendió al ver como dos militantes ecologistas lanzaron latas de sopa de tomate sobre el cuadro "Los girasoles", la famosa obra de arte de Vincent Van Gogh que se encuentra exhibida en la National Gallery de Londres.
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Este viernes el mundo se sorprendió al ver como dos militantes ecologistas lanzaron latas de sopa de tomate sobre el cuadro "Los girasoles", la famosa obra de arte de Vincent Van Gogh que se encuentra exhibida en la National Gallery de Londres.
Las jóvenes forman parte de la agrupación Just Stop Oil y explicaron que su acto de vandalismo fue “a modo de reivindicación” por el elevado costo de vida y para pedir al gobierno británico que detenga sus iniciativas de petróleo y gas.
Sin embargo, esta no fue la primera vez, y lamentablemente tampoco será la última, que una obra de arte es vandalizada. Por tal motivo, recordamos otras cuatro ocasiones en las que el patrimonio universal se vio en peligro.
En 1914, la misma galería que hoy fue noticia por el ataque a “Los girasoles”, sufrió otro acto de rebeldía vandálica. En aquella oportunidad, una joven que militaba por la lucha de las mujeres para acceder al voto tajeó en siete oportunidades “La Venus del espejo” del pintor español Diego Velázquez.
"Intenté destruir la imagen de la mujer más hermosa de la historia de la mitología en protesta contra el gobierno por destruir a la señora Pankhurst, quien es el personaje más hermoso de la historia moderna", aseguró en aquella oportunidad la activista aen referencia a Emmeline Pankhurst, líder del movimiento sufragettes.
"La Gioconda", también conocida como “Mona Lisa” fue atacada en mayo de este año en el Museo de Louvre de París por un hombre que le arrojó una porción de torta a la pintura.
"Piensen en la tierra, hay gente que está destruyendo la tierra. Todos los artistas piensen en la tierra. Por eso hice eso”, gritó el hombre tras atacar la obra de arte creada por Leonado Da Vinci.
En 1972, y frente a la mirada de miles de fieles reunidos en la Basílica de San Pedro, el húngaro Lazlo Toth ingresó a la sala al grito de “soy Jesucristo”.
Abriéndose espacio entre la gente, logró llegar hasta “La Piedad” de Miguel Ángel y con un martillo de geólogo arruinó el brazo, un ojo y parte de la nariz de la Virgen María. Tras el acto vandálico, la escultura fue restaurada y protegida por un acrílico que perdura hasta nuestros días.
La última obra de arte de esta lista tiene la particularidad de haber sido vandalizada en tres oportunidades distintas en el Rikjsmuseum de Ámsterdam. La pintura más famosa de Rembrandt sufrió su primer ataque en 1911 cuando un cheff quiso tajearla con un cuchillo, sin embargo, el espeso barniz la protegieron.
En 1975, otro hombre intentaría la misma modalidad solo que esta vez cumpliría su cometido. Aunque el museo holandés realizó una minuciosa restauración, las líneas de los cortes se siguen advirtiendo.
El último ataque a la obra de arte sucedió en 1990 cuando un joven escapado de un centro psiquiátrico de la ciudad se acercó a la galería y roció ácido sulfúrico sobre la pintura. La rápida acción de los encargados de seguridad logró que no hubiera consecuencias.