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Desarrollan una técnica para el final de la vida que ya plantea un debate ético y legal

Comenzó a utilizarse en Europa en los años 90. El proceso busca eliminar los restos de los seres humanos y reemplazar un método tradicional. Sin embargo, generó una enorme controversia.

Roberto Adrián Maidana
por Roberto Adrián Maidana |
La acuamación es una técnica que pretende ser una solución ecológica para la cremación (Foto: A24.com).

La "acuamación" es una técnica que pretende ser una solución "ecológica" para la cremación (Foto: A24.com).

Durante siglos, por razones religiosas, el entierro era el único destino de los muertos casi para todas las creencias. Las cremaciones se remontan a la Edad del Bronce, en la Grecia clásica y en el Imperio Romano. No había crematorios modernos: todo el "ritual" se hacía en piras al aire libre.

Desde la segunda mitad del siglo XIX, las cremaciones comenzaron a utilizarse como alternativa a los entierros y en el siglo XX, en la segunda mitad, por razones también económicas, se difundieron en todo el mundo.

Ahora, en Europa, se inició un camino para reemplazar o complementar los entierros y la cremación tradicional. Se llama "acuamación" y consiste en una manera diferente de "cremar" un cuerpo.

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Que es la acuamación

También conocida como hidrólisis alcalina, avanza en distintos países como una alternativa ecológica a la cremación tradicional. Impulsada por argumentos ambientales y por un cambio cultural en torno a la muerte, la técnica se presenta como un procedimiento más limpio y más eficiente para disponer de restos humanos. Sin embargo, su implementación no está exenta de debates éticos, resistencias religiosas y dudas legales sobre el tratamiento final de los fluidos resultantes.

La acuamación es un proceso que acelera la descomposición natural del cuerpo mediante agua, calor, presión y una solución alcalina, generalmente hidróxido de potasio.

La técnica es así. El cuerpo de la persona fallecida se introduce en un tanque especial. Se llena de agua que contiene una solución alcalina, que, como se dijo, generalmente es con potasio.

Así, se inicia un proceso que tiene dos objetivos. El agua se calienta a 150 grados. Pero no es para que un cuerpo se reduzca por el calor. El agua es el elemento catalizador para que actúe la solución alcalina. A esa temperatura se transforma en un poderoso ácido que elimina los tejidos humanos. Luego, en la segunda etapa, al eliminarse el líquido, un proceso especial hace que los huesos que quedan en el interior del tanque se disuelvan o reduzcan hasta quedar como un fino polvillo.

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La "acuamación" es un proceso para eliminar restos humanos de manera diferente a la cremación. (Foto: A24.com)

En términos sencillos, se trata de “desarmar” químicamente los tejidos blandos sin recurrir a la combustión. Mientras que la cremación con fuego requiere alcanzar temperaturas superiores a los 760 grados y consume grandes cantidades de energía, la hidrólisis alcalina opera entre 150 y 160 grados, a presión elevada, dentro de una cápsula de acero inoxidable.

El procedimiento suele durar entre tres y seis horas, dependiendo del tamaño del cuerpo y de la máquina utilizada. Durante ese tiempo, la solución alcalina rompe los enlaces químicos que conforman músculos, piel y órganos, transformándolos en una mezcla líquida compuesta principalmente por aminoácidos, sales y azúcares.

Una vez finalizado el proceso, solo quedan los huesos, que se secan y se pulverizan en un equipo especial, del mismo modo que ocurre con las cenizas tradicionales producidas por una cremación. Ese material óseo triturado se entrega posteriormente a la familia, que puede conservarlo, esparcirlo o darle el destino que prefiera.

El resultado más desconocido -y uno de los puntos más controvertidos- es el líquido residual que queda tras la disolución de los tejidos. Esa solución estéril, que no contiene ADN ni material biológico peligroso, se elimina a través del sistema cloacal o se destina a plantas de tratamiento. Las empresas que ofrecen el servicio sostienen que se trata de un fluido seguro y biodegradable.

Un método no exento de polémicas

Sin embargo, críticos del método advierten que la idea de “descargar” los restos disueltos de un cuerpo humano en el sistema de aguas residuales puede provocar rechazo social y plantea dilemas sobre el respeto simbólico al muerto.

El debate ético no es menor. Para algunas comunidades religiosas, la acuamación resulta incompatible con sus preceptos sobre el cuerpo y la muerte. La Iglesia Católica, por ejemplo, expresó objeciones en varios países, argumentando que el proceso carece de la “dignidad” que exige el trato a los restos humanos y que la eliminación del líquido por desagüe puede interpretarse como una falta de respeto. En cambio, otras comunidades adoptaron una postura más flexible, considerando que el método puede alinearse con valores ecológicos y con prácticas funerarias contemporáneas.

Además del aspecto moral, la acuamación enfrenta desafíos legales. La regulación varía significativamente según el país o incluso entre estados dentro de un mismo territorio.

En Estados Unidos, más de 20 estados aprobaron su uso, mientras otros lo vetaron por falta de consenso político o presiones de la industria funeraria tradicional. En Europa, países como el Reino Unido debaten su legalización desde hace años; en Canadá es aceptado en varias provincias. En rigor, este país fue uno de los primeros países en que se aprobó su utilización. En América Latina, la discusión es incipiente y aún no existe un marco regulatorio uniforme.

La cuestión ambiental aparece como uno de los principales argumentos a favor. La cremación convencional libera dióxido de carbono, vapores tóxicos y, en el caso de personas con amalgamas dentales, mercurio.

La acuamación, al no quemar el cuerpo, evita esas emisiones y utiliza menos energía, lo que reduce la huella de carbono. Organizaciones ambientalistas y expertos en manejo sustentable de residuos sostienen que, ante el crecimiento demográfico y la saturación de cementerios, métodos como la hidrólisis alcalina pueden convertirse en una alternativa necesaria.

la máquina para acuamación
Parecen equipos para diagnóstico o estudio médico moderno. Pero son equipos para alternar a la cremación. (Foto: Gentileza ABC.NeT)

Parecen equipos para diagnóstico o estudio médico moderno. Pero son equipos para alternar a la cremación. (Foto: Gentileza ABC.NeT)

Pero el avance del método también abre interrogantes prácticos: ¿cómo garantizar estándares sanitarios en el manejo del líquido resultante? ¿Quién controla su descarga? ¿Qué tipo de infraestructura se requiere? ¿Cómo se establecen tarifas justas frente a la cremación tradicional? Cada una de estas preguntas forma parte de un debate que combina ética, salud pública y economía.

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