Este avance, que ahora se mostraba como un hecho, fue la historia de la vida del investigador y sus aportes fueron fundamentales para lograr entender el origen de la masa de las partículas elementales y, en consecuencia, el posible comienzo de todo lo que existe.
En 1964 propuso la existencia de la partícula que luego llevó su nombre, el “bosón de Higgs”, que se popularizó con el nombre “la partícula de dios” ya que es la responsable de la existencia de la materia.
Este descubrimiento significó un aporte esencial al Modelo Estándar de la física elemental que describe cómo se conforma el universo y la forma en la que todas las partículas interactúan entre sí.
Según su teoría, en el inicio del universo no existía la masa. Todas las partículas que existen adquirieron su masa al entrar en contacto con el campo quántico que también lleva el nombre del científico, el campo de Higgs.
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Peter Higgs, marcando el fin de una era dorada en la ciencia moderna. (Foto: EFE)
Científicos de todo el mundo continúan su estudio
Es invisible y llena todo el espacio, en tanto la teoría que tuvo que esperar 48 años para que la ciencia lo confirmara de forma práctica el 4 de julio de 2012 por cuando científicos en la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN).
El bosón de Higgs es producto de una vibración de ese campo y, junto a otros bosones, provocan que las partículas que constituyen la materia, llamadas fermiones, interactúen entre sí y se unan para formar los elementos que constituyen al universo.
Los científicos de todo el mundo continúan su estudio y lo resaltan como una prioridad dentro de investigaciones a futuro debido a las posibilidades que se ramificaron desde su primera confirmación.