Aparecen en zonas áridas con poca agua y escasos nutrientes. Pero la forma en que se desarrollan y su aspecto casi geométrico han desvelado a los científicos, que ahora dicen tener la respuesta.
Los "círculos de Hadas", un misterio que la ciencia dice haber resuelto. (Foto: Captura de TV)
Son círculos concéntricos, casi geométricos, como si se replicaran a sí mismos de la misma manera. Es por eso que durante décadas se los llamó los "círculos de hadas", porque parecían surgidos de un cuento. Pero la ciencia se propuso investigar a fondo este fenómeno para determinar su origen y por qué se mantienen en la superficie de la Tierra.
Se creía que los "círculos de hadas" solo se encontraban en África, pero gracias a la moderna tecnología, con la inteligencia artificial incluida, se pudo determinar que hay al menos 263 lugares así, en 15 países de tres continentes o más.
La primera definición surgió cuando, en 1971, el investigador Ken Tinley los observó y los registró en Namibia, en el sur de África. Se trataba de círculos muy precisos, cientos de ellos, rodeados por una vegetación que les daba un aspecto similar al de los cráteres de la luna.
Los llamó "círculos de hadas" porque algunos pueblos de la zona les atribuían condiciones extraordinarias. Pero la más notable era cómo podía reproducirse ese patrón de círculos "pelados", vacíos de cualquier elemento que no fuera tierra o arena, y estar rodeados de pequeñas plantas que "unían" esos círculos. Todo en un ambiente desértico, donde el agua escasea.
Tinley comenzó a investigar cuál sería el origen para lograr que se formara tal cantidad de círculos desprovistos de cualquier vegetación en enormes superficies. Pensó que la falta de agua debía ser una buena explicación, pero también se encontró con otras alternativas compartidas por los habitantes del lugar.
Tinley vio que algunos campesinos dejaban en el centro de los círculos a un animal y éste comenzaba a comer en círculo la vegetación adyacente. Creyó que era así como se formaron, pero los aldeanos le dijeron que no, que así estaban desde tiempos inmemoriales. Entonces volvió sobre su teoría original del agua, mientras continuó su investigación.
Otra de las explicaciones posibles fue adjudicada a la acción de las termitas. Son insectos de áreas tropicales y subtropicales que comen especialmente maderas o derivados. Logran degradarla gracias a organismos microscópicos que conviven dentro de sus estómagos. Eso les permite sobrevivir en ambientes áridos en los que no abunda el agua. Las termitas pueden ir comiendo la vegetación y el radio de su tarea se va extendiendo de manera concéntrica.
Lo que hizo parcialmente válida esa explicación es que con el acceso a mejores tecnologías de observación, los "círculos de hadas" se encontraron en lugares muy distantes, como en Australia, donde no hay termitas.
Entonces, se profundizó la explicación en la aridez del terreno y la falta de agua para subsistir como un ecosistema. Las plantas tienden a concentrarse en un mecanismo de "ayuda" para conseguir los nutrientes que necesitan. Cuando llueve en zonas desérticas cubiertas por arena, el agua ingresa a la tierra y corre por desniveles naturales. Así quedan lugares totalmente desprovistos de vegetación. Las plantas, aunque de tamaño pequeño, se reúnen en torno a los "depósitos de agua" y crecen. Por eso se juntan y van dejando círculos que son verdaderos páramos.
Un grupo de investigadores españoles, de varias universidades y centros especializados, presentaron un modelo completo para explicar el misterio de los "círculos de hadas". En la publicación mensual de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, mostraron el resultado de su investigación sobre "los impulsores ambientales de los círculos de hadas".
Llegaron a la conclusión de que los círculos de hadas son patrones de vegetación regulares intrigantes. Determinaron que hay una serie de condiciones ambientales que favorecen su formación y presencia. En especial, el clima, el suelo y el agua.
Se dan en lugares muy cálidos, con suelos por consiguiente áridos (con arena) y muy poca agua durante todo el año. Eso hace que las pocas especies vegetales que pueden crecer en ese ambiente desarrollen una condición de "cooperación" para aprovechar los pocos nutrientes de que disponen.
Se "colonizan" en los lugares en donde hay agua bajo la arena y dejan completamente libres los sitios en donde no tienen ninguna posibilidad de conseguir nutrientes. Así es que se forman los círculos en terrenos de grandes extensiones. Los círculos se van agrandando -no por acción de las termitas- sino porque la escasez de agua, que se va agotando, hace que la vegetación desaparezca. Pero siguiendo ese patrón circular.
Uno de los autores del trabajo, Emilio Guirado, de la Universidad de Alicante, dice que la escasez de agua, por las pocas precipitaciones, más los pocos nutrientes en el suelo hacen que la vegetación se abra camino de forma diferente en comparación con zonas en donde abunda el agua. Por lo tanto, van abandonando los lugares que se quedan sin agua o nutrientes. Así se forman los círculos que con el tiempo se expanden y multiplican.
En resumen, se trata de una "autoorganización" de las especies vegetales para poder subsistir todo el año en esas condiciones. De todas maneras, los investigadores españoles señalan que se debe seguir trabajando para determinar el aporte de otros factores, como el apuntado de las termitas.