En medio de la grave crisis que atraviesa la empresa norteamericana por la seguridad de sus aeronaves, se produjo otro incidente en un vuelo entre Seúl y Taiwán.
Un Boeing 737 Max-8, con otro incidente en pleno vuelo. (Foto: Aviation a2Z)
De pronto todo fue confusión y temor. Un avión de Korean Air sufrió un inconveniente que provocó una súbita despresurización. Por eso, cayó 8.000 metros en apenas 15 minutos. Las máscaras de oxígeno funcionaron y se desplegaron frente a los pasajeros aterrados. El vuelo entre Seúl y Taiwán tuvo que cambiar en emergencia su plan y regresar al aeropuerto de la capital de Corea del Sur.
La aeronave del problema fue, otra vez, un Boeing 737 Max-8. Un incidente más para la empresa Boeing que enfrenta un delicado momento en los Estados Unidos. Está en medio de una investigación por adulterar procesos de seguridad en la construcción de sus aviones. El 7 de julio, se decidirá si se abre un proceso judicial contra la empresa más grande de los Estados Unidos en la fabricación de aviones.
El vuelo KE189 de Korean Air despegó del aeropuerto de Seul hacia Taiwán. De repente, una falla en el sistema de presurización de la cabina hizo que la nave cayera 8.000 metros en 15 minutos. Los pasajeros asustados y a los gritos, pudieron colocarse las mascarillas de oxígeno de emergencia que cayeron frente a sus asientos.
Sin embargo, en esa maniobra inesperada, al menos 17 pasajeros recibieron diferentes tipos de heridas. Por eso, el capitán de la aeronave tomó la determinación de regresar al aeropuerto de Corea del Sur. Iban 50 minutos de vuelo.
Algunos de los lesionados experimentaron una hiperventilación y dolor de oído por la súbita despresurización y el brusco descenso. Cuando la nave aterrizó -sin inconvenientes- en el aeropuerto Incheon de Seúl, las ambulancias que aguardaban al pie de la pista evacuaron a todos los heridos a un hospital.
Luego se informó que ninguno de ellos tuvo problemas de gravedad y la empresa indicó que el vuelo continuaría al día siguiente, pero en otra máquina. Los pasajeros describieron escenas de pánico y angustia a bordo, con máscaras de oxígeno desplegadas y niños llorando durante el repentino descenso.
Mientras tanto, un portavoz de Korean Air habría dicho que la aerolínea está llevando a cabo una investigación exhaustiva para determinar la causa del mal funcionamiento del sistema de presurización. Esto se suma a varios incidentes que sufrieron diferentes aviones construidos por la empresa norteamericana Boeing. Para colmo de males, muchos en las versiones 747 Max, el avión más vendido por la compañia. Pero también se reportaron incidentes en su avión 787 Dreamliner, el más de mayor capacidad de la empresa.
A principios de este mes, Singapore Airlines ofreció una compensación a todos los pasajeros que resultaron heridos después de que un vuelo a Londres sufriera turbulencias aéreas extremas el mes pasado.
La firma está bajo investigación por varios episodios que afectan su seguridad. Hace una semana, otro 737 max, de Southwest cayó 1.200 metros en pocos segundos, se lastimaron varios pasajeros y casi se precipita en el océno. Otro Boeing 737 700 causó la muerte de una mujer cuando en pleno vuelo, explotó uno de sus dos motores.
Otra de las versiones, el Boeing 737-9 MAX de Alaska Airlines, sufrió una grave falla y un panel de la cabina estalló y se perdió en pleno vuelo. La Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA) canceló cientos de vuelos con esos aparatos en varias aerolíneas del mundo.
Además, hay una investigación en el Congreso de los Estados Unidos sobre los criterios de seguridad de la empresa Boeing. Incluso, un par de "arrepentidos" murieron en circunstancias poco claras. El próximo 7 de julio se decidirá si la investigación sobre este rubro clave - la seguridad de los aviones - se convierte en un juicio penal contra la principal constructora de aviones en los Estados Unidos.