Con el avance de la causa, los testimonios revelaron que Néstor Pinta estaba al tanto de lo que sucedía. Según las denunciantes, las jóvenes eran llevadas a una habitación contigua al comedor de la casa familiar, donde el excampeón convivía con su padre.
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A lo largo de las audiencias, las denunciantes fueron acompañadas por agrupaciones feministas y deportistas que avalaron sus casos.
Aunque Aldo Pinta se suicidó en 2020, la querella logró llevar a juicio a su hijo, acusándolo de ser partícipe necesario. Es que, según pudo reconstruir la Justicia, pese a que podía ver cómo las adolescentes ingresaban a la habitación con su papá, nunca intervino para evitarlo.
La querella pedía 15 años de condena
El juicio oral comenzó a fines de 2024 y contó con el testimonio de varias víctimas, quienes ratificaron ante los jueces que Néstor Pinta conocía los abusos y los permitía. La defensa del palista intentó argumentar que su cliente había sido sobreseído en una instancia previa, pero el tribunal rechazó el planteo y avanzó con el proceso.
Por su parte, la fiscalía, encabezada por Marina Lara, también había solicitado una pena mayor a la impuesta, aunque no llegó a pedir los 15 años que exigía la querella. En la misma línea, Lara sostuvo que Pinta era plenamente consciente de lo que ocurría y que su inacción lo convertía en una pieza clave de los abusos cometidos por su padre.
Finalmente, este jueves, el Tribunal en lo Criminal N° 3 de Carmen de Patagones terminó condenando a Pinta a 4 años y 6 meses de prisión, considerando atenuantes como su falta de antecedentes y el buen concepto social que tenía hasta el momento.