El juicio oral por el crimen de Lucio Dupuy, el niño de cinco años que murió el 26 de noviembre del año pasado, llegó a su fin el jueves 22 de diciembre tras 18 audiencias a puertas cerradas en los tribunales de Santa Rosa, La Pampa.
El juicio oral por el crimen de Lucio Dupuy, el niño de cinco años que murió el 26 de noviembre del año pasado, llegó a su fin el jueves 22 de diciembre tras 18 audiencias a puertas cerradas en los tribunales de Santa Rosa, La Pampa.
En la última audiencia del juicio, que tiene como acusadas a la madre del menor, Magdalena Espósito Valenti, y su pareja Abigail Páez, la madrastra hizo uso de sus últimas palabras y pidió perdón.
“Quiero pedirles disculpas a mi familia y a mi mamá porque le fallé. (...) No sé realmente lo que pasó”, expresó.
Después de 18 jornadas, el juicio por el aberrante asesinato a golpes del chico de cinco años entró en su recta final. Tanto Valenti como Páez están acusadas de homicidio calificado y abuso sexual gravemente ultrajante, delitos por los que podrían ser condenadas a cadena perpetua.
“No declaré en la Policía lo del robo porque no era verdad, fue un momento de desesperación. Eso se lo dije a un vecino que no conocía. No vine acá a mentir, sino a dar mi versión y a decir la verdad de los hechos; y aunque no juré, lo juro ahora por todas mis creencias que lo que dije es la verdad”, sostuvo Abigail Páez, según publicó La Arena, el diario local que cubrió todo el juicio.
Y siguió: “Quiero pedirles disculpas a mi familia y a mi mamá porque le fallé. (...) No sé realmente lo que pasó, tengo muchas lagunas en la cabeza, y si no conté detalles es porque estoy muy traumada. Sé que él me perdonó. Ojalá yo me pueda perdonar”.
Al concedérseles la palabra final, la madre del nene, Magdalena Espósito Valenti, asumió sus culpas por los incumplimientos, aunque subrayó: “Se me critica a mí, pero no al progenitor –porque padre le queda grande–. A él se lo justifica cuando la responsabilidad era de los dos".
Con respecto al padre, la joven afirmó: "En todo momento él se desentendió de la criatura. Y tampoco es verdad que Lucio no tenía contactos familiares. Tenía contactos con el progenitor, sus abuelos, mi familia y la de Abigail. Si ellos no quedaron conformes con esos contactos será porque no se esmeraron en tenerlos más”.
En tanto, su pareja, Abigail Páez, dijo: “Todo lo que puedan decir de mi es horrible, por eso le pido perdón a las personas se hayan sentido tocadas por el tema y por toda esta situación, y que lo lloran y lo extrañan como me pasa a mi y a su mamá".
Y concluyó: "También quiero pedirles disculpas a mi familia y a mi mamá porque le fallé, porque ella no me enseñó estas cosas. No sé realmente lo que pasó, tengo muchas lagunas en la cabeza, y si no conté detalles es porque estoy muy traumada. Sé que él (por Lucio) me perdonó. Ojalá yo me pueda perdonar”.
La fiscal del juicio pidió que la madre de la víctima y su pareja sean declaradas culpables del “homicidio calificado y abuso sexual” de la víctima, delitos que prevén la prisión perpetua.
A su vez, la querella introdujo en su acusación el agravante de “odio de género”; en cambio, las defensas plantearon la hipótesis de un hecho “preterintencional”, es decir, cuando el agresor tiene intenciones de causar un daño pero no la muerte.
Después de casi seis horas de alegatos, se dispuso que no habrá una siguiente audiencia para que las partes pidan pena, dado que los delitos mencionados prevén la pena máxima, por lo que el debate se reanudará el 2 de febrero al mediodía cuando se resuelva si las acusadas son culpables o no. Después, habrá un plazo no mayor a los 15 días en el que se realizará una nueva audiencia en la que finalmente se fijará el monto de la pena.