Cristian Graf, ex compañero de Diego Fernández Lima —el adolescente desaparecido en 1984 cuyos restos fueron hallados 41 años después en una casa de Coghlan— deberá declarar en indagatoria el próximo 17 de octubre acusado de encubrimiento.
Es el dueño de la casa en donde aparecieron los restos de Diego Fernández Lima y en la que se produjo el sorpresivo hallazgo que reactivó un caso que parecía cerrado.
Cristian Graf, ex compañero de Diego Fernández Lima —el adolescente desaparecido en 1984 cuyos restos fueron hallados 41 años después en una casa de Coghlan— deberá declarar en indagatoria el próximo 17 de octubre acusado de encubrimiento.
La decisión fue tomada por el juez Alberto Litvack, quien hizo lugar al pedido del fiscal Martín López Perrando, titular de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N°61. Graf, de 58 años, será interrogado por presunto encubrimiento y supresión de evidencia, delitos que prevén penas de uno a seis años y de un mes a cuatro años de prisión, respectivamente.
Según publicó fiscales.gob.ar, el fiscal sostuvo que el acusado realizó “maniobras unívocas destinadas a encubrir el hecho precedente”, entre ellas un comportamiento evasivo frente a testigos y autoridades, y una actitud pasiva ante el hallazgo de los huesos en el patio de la vivienda.
López Perrando remarcó que Graf recién “comenzó a interesarse” en el caso cuando se confirmó la identidad de la víctima, quien en 1983 había sido su compañero en segundo año de la Escuela Nacional de Educación Técnica (ENET) N°36 Almirante Brown.
“El solo hecho de que el cuerpo de un adolescente estuviera enterrado en el fondo de una vivienda habitada en forma continua e ininterrumpida por la misma familia durante décadas resulta suficiente para indagar a sus históricos ocupantes”, argumentó el fiscal.
Aunque la causa está prescripta, el representante del Ministerio Público sostiene que es necesario dar una respuesta a la familia de Fernández Lima, que durante más de cuatro décadas buscó saber qué ocurrió.
Diego fue visto por última vez el 26 de julio de 1984, cuando regresó del colegio, almorzó con su madre y le pidió dinero para tomar un colectivo. Tras 41 años de incógnita, sus restos y algunas pertenencias aparecieron enterrados en el patio del chalet que entre 2001 y 2003 alquiló el músico Gustavo Cerati, fallecido en 2014.