Uno de los detalles más llamativos fue la ausencia de la pulsera de su madre, que tenía un profundo valor sentimental para Simona. “La encontramos guardada cuidadosamente dentro de su bolso. Eso indica que estaba consciente antes de entrar al agua, que no fue un accidente repentino”, agregó su hermana.
Lo que dice la madre de Simona
Giusy, la madre de la joven, expresó públicamente su desconcierto y su necesidad de respuestas. “Quiero saber qué le pasó a mi hija, por qué murió. Era una chica buena, alegre, llena de vida. Amaba el deporte, estaba en el tercer año de la universidad. No tenía enemigos, no se metía con nadie”, dijo con la voz quebrada.
Asegura que no se trata de una muerte por descuido, como algunos podrían suponer. “Simona no se drogaba, apenas bebía. Cuidaba mucho su cuerpo. Su vida giraba en torno al estudio y el deporte”, relató.
Luciano Cinà, el padre de Simona, también manifestó su indignación. “No es posible que alguien como mi hija muera así, tan joven. La piscina estaba limpia, no había desorden. Solo agua. Nosotros llamamos al lugar para pedir noticias, nadie se comunicó con nosotros antes”, dijo con evidente molestia.
Luciano remarcó que Simona era una excelente nadadora: “Era deportista, era como un pez en el agua. Por eso no creemos que esto haya sido un simple accidente. Queremos saber qué pasó”.
La investigación en marcha
Los carabineros llegaron a la villa al recibir el aviso del fallecimiento y comenzaron a tomar declaraciones a los presentes. Hasta el momento, no se ha difundido un informe oficial que determine si se trató de un accidente, una negligencia o algo más complejo.
Algunas hipótesis manejan la posibilidad de un desvanecimiento súbito, tal vez por una caída. Otras versiones apuntan a la posibilidad de que Simona haya ingresado al agua y sufrido un cuadro inesperado que le impidió salir. Sin embargo, la falta de signos de consumo de alcohol o drogas, sumado a su excelente estado físico, complica la línea de los hechos.
Los análisis toxicológicos y la autopsia serán clave para determinar qué ocurrió realmente esa noche en Bagheria.
Quién era Simona Cinà
Simona tenía 20 años, cursaba el tercer año de la universidad y se destacaba como jugadora de voleibol. Era respetada en su entorno, tanto académico como deportivo. Participaba activamente en torneos regionales y su vida giraba en torno al entrenamiento y al estudio.
Según quienes la conocieron, era alegre, constante, y nunca buscaba conflictos. “Siempre lograba lo que se proponía. No era de salir mucho, prefería la vida tranquila”, describió su madre.
Su hermana gemela, Roberta, compartía muchas de sus rutinas y asegura que nada en los días previos indicaba que algo estuviera mal. “Estaba feliz, con planes, con proyectos”, dijo.