Minutos antes del derrumbe: una explosión y el sonido de escombros
Graciela recuerda que la situación se desarrolló rápidamente, sin previo aviso. Todo comenzó con un ruido que, en un primer momento, confundió con disparos. “Yo primero escuché como tiros y por eso llamé a mi hija para preguntarle qué era eso”. En esos momentos, los ruidos no parecían provenir de un posible derrumbe, sino que la mujer pensó que podría tratarse de un intento de robo.
“Estaba al costado de la cama y le digo a Rubén: ‘Están tirando la puerta del departamento de al lado abajo para robarlo’. No termino de decir eso que siento una explosión”, relató Graciela. Esa explosión marcó el inicio de lo que sería el derrumbe del edificio.
En cuestión de segundos, el piso se desplomó y los escombros comenzaron a caer sin control. La mujer detalló que las estructuras que se desprendían superaban su altura y que, tras el colapso, una reja quedó sobre su cabeza, impidiéndole moverse. “La reja de la puerta de mi casa me quedó arriba de la cabeza”, explicó.
El rescate: “Nuestros ángeles llegaron en minutos”
A pesar de la confusión inicial, los rescatistas actuaron rápidamente. Graciela destacó la rapidez con la que los bomberos y los equipos de emergencia llegaron a la escena del desastre. “No tardaron nada”, afirmó con gratitud. En medio de la desesperación, la mujer logró abrir una ventana y fue desde allí que los rescatistas la localizaron.
“Abro la ventana y ellos me ven por el balcón, nuestros ángeles”, recordó Graciela con emoción. La valentía y rapidez del equipo de rescate fueron fundamentales para salvar a quienes quedaron atrapados.
Durante la entrevista, Graciela estaba acompañada por uno de los bomberos que participó en su rescate, a quien no dudó en calificar como su ángel. “Es mi ángel. La profesionalidad que tienen, la calidad humana que tiene el grupo de bomberos de Villa Gesell, el cuerpo de la Policía y el cuerpo sanitario es increíble. Ellos fueron los que estuvieron acá en el término de cinco minutos a protegernos”, enfatizó.
El impacto material y emocional: “Perdí todo en un soplo”
El derrumbe no solo dejó daños físicos en las estructuras, sino también consecuencias profundas para las personas afectadas, quienes perdieron sus pertenencias y, en algunos casos, sus hogares. Graciela manifestó que el impacto emocional es enorme, ya que su departamento quedó destruido y perdió todas sus pertenencias en cuestión de segundos.
“Quiero mi departamento otra vez, quiero mi ropa, tengo lo puesto, no tengo más nada”, dijo con tristeza, haciendo referencia a la devastación que provocó el colapso. Además, mencionó que su salud también se vio comprometida, ya que necesita medicación diaria. “Quiero mis remedios, tomo siete pastillas por día. Perdí todo, en un soplo perdí todo”, expresó.
Un derrumbe que sacudió a Villa Gesell
El derrumbe del hotel Dubrovnik ha generado una fuerte conmoción en Villa Gesell y en todo el país. Con las operaciones de rescate todavía en marcha y la presencia de decenas de efectivos de bomberos, policías y equipos de salud, la comunidad espera con esperanza que el trabajo de los rescatistas logre salvar más vidas.
Por el momento, la prioridad es encontrar a los nueve posibles atrapados que permanecen bajo los escombros. La labor incansable de los más de 200 rescatistas demuestra el compromiso de las fuerzas de emergencia para brindar ayuda en situaciones de catástrofe.
La historia de Graciela es solo una de las tantas que han surgido tras esta tragedia, pero refleja el miedo, la angustia y también la esperanza que se vive en medio de situaciones de crisis. Cada minuto cuenta, y la tarea de rescate continúa con intensidad para intentar salvar a quienes aún permanecen bajo las ruinas.