Un salvaje caso de violencia urbana sacudió las inmediaciones del Obelisco porteño el pasado 17 de marzo, cuando una pelea estalló en un restaurante de la cadena de hamburguesas Mostaza, situado en la avenida Corrientes.
La secuencia se desencadenó luego de que un empleado les prohibiera grabar un video con su celular dentro del local.
Un salvaje caso de violencia urbana sacudió las inmediaciones del Obelisco porteño el pasado 17 de marzo, cuando una pelea estalló en un restaurante de la cadena de hamburguesas Mostaza, situado en la avenida Corrientes.
El episodio se desencadenó después de que la División Avenidas Céntricas de la Policía de la Ciudad observara a un individuo arrancando carteles de la puerta del local. Los agentes se dispusieron a identificarlo, pero la situación se tornó agresiva y fue necesario reducir al sujeto.
Mientras tanto, dentro del restaurante de comida rápida, dos jóvenes presenciaban el operativo desde el otro lado del vidrio y comenzaron a grabar el procedimiento policial.
Sin embargo, el empleado de seguridad intervino, indicando que estaba prohibido filmar por "política de la empresa". Los clientes ignoraron la advertencia y continuaron grabando, lo que provocó un aumento de la tensión.
En las imágenes, que se volvieron virales en las redes, se ve al guardia que se aproxima de manera agresiva e intenta confiscar el teléfono de uno de los jóvenes, mientras el otro intenta evitar el altercado.
La situación escala cuando el empleado empujó a David, saca un objeto similar a una cachiporra y lo golpea repetidamente. Los dos hombres se enzarzan en una pelea en medio del restaurante. Finalmente, uno de los oficiales interviene y separa a los protagonistas.