Pasadas las cinco de la tarde Cristina Kirchner se acercó al despacho de la vicepresidenta Gabriela Michetti. Ambas tomaron agua y dedicaron un buen rato a charlar de temas personales. En un momento, arrancó la charla formal. Lo más importante: delegaron en el personal del protocolo los detalles de la jura del martes 10 de diciembre.