Bolivia cerró el 2020 con un promedio de 78 puntos, el valor más alto del mundo en cuanto a la rigurosidad de su cuarentena. No hay que perder de vista que este país ya tenía políticas de encierro antes del inicio de la pandemia, en medio del golpe de Estado contra Evo Morales; el régimen había instaurado un toque de queda.
Honduras, por su parte, registró un promedio de 73 puntos a lo largo del año.
Un escalón más abajo que la Argentina aparecen Libia, China, Venezuela, Eritrea y Perú, todos por debajo de los 70 puntos en lo que hace a la rigurosidad de sus cuarentenas en el 2020.
Qué pasó en los países vecinos. Paraguay y Chile registraron promedios similares en cuanto a la rigurosidad de las políticas de aislamiento. Ambos rondaron los 62 puntos en 2020. Brasil, en cambio, tuvo una media de 57 puntos. Por último, el gobierno uruguayo fue el que optó por una política más flexible, dado que logró evitar la circulación comunitaria del virus entre julio y septiembre. Su media fue de 38 puntos.
Claro que hablamos de promedios. En Argentina el índice alcanzó los 100 puntos (su valor máximo, en marzo) y así se mantuvo hasta finales de abril. Luego bajó a los 90 puntos hasta octubre. Desde entonces hasta el último día del 2020, el índice se mantuvo cercano a los 80 puntos.
Cómo se construye el índice. Es el resultado de una evaluación entre 9 indicadores:
- Cierre de lugares de trabajo
- Prohibición de eventos públicos
- Prohibición de reuniones (tanto en espacios públicos como privados)
- Limitación de uso del transporte público
- Orden o recomendación de quedarse en casa
- Limitación o prohibición de movimiento entre provincias
- Limitación o prohibición de vuelos internacionales
- Campañas públicas de información oficial
Pese a lo estricto de las medidas que se dictaron (se insiste, no se evalúa el cumplimiento sino las normas gubernamentales) los resultados no fueron los esperados en el país.
Argentina registra más de 960 muertos por COVID-19 cada millón de habitantes. Bolivia registra una tasa menor, cercana a los 790 fallecidos por millón. Honduras, con una política apenas más estricta que la argentina -siempre según el índice-, registró 321 muertes por millón.