Axel Kicillof, Máximo Kirchner y Sergio Massa volvieron a reunirse en La Plata en las horas finales antes del cierre de alianzas.
Axel Kicillof, Máximo Kirchner y Sergio Massa volvieron a verse las caras este martes en la sede de la Gobernación bonaerense, en un intento por consolidar una alianza electoral común a pocas horas del cierre del plazo para inscribir frentes en la provincia de Buenos Aires.
En un contexto cargado de tensiones, los referentes peronistas intentan llegar a un acuerdo que evite la fragmentación y permita competir bajo una lista de unidad en los comicios legislativos del 7 de septiembre.
El diálogo se intensificó en las últimas 48 horas. Si bien hubo avances en la conformación del frente, que incluye la cantidad de partidos que lo integrarán y la distribución de apoderados, aún persisten diferencias clave. Entre los puntos sensibles figuran la estrategia para armar listas en municipios gobernados por intendentes peronistas y la firma de los apoderados responsables de registrar la alianza ante la Junta Electoral.
Las reuniones se sucedieron bajo estricto hermetismo, tanto en el despacho del gobernador como en la oficina de la secretaria general del Gobierno, Agustina Vila, donde se congregaron representantes del PJ bonaerense, del Frente Renovador y del Movimiento Derecho al Futuro (MDF), el espacio que responde a Kicillof. En paralelo, equipos técnicos trabajaban en la redacción de un reglamento interno que establecerá el funcionamiento del frente y los criterios para definir candidaturas.
Uno de los consensos alcanzados hasta el momento es la implementación de un esquema de “apoderados cruzados”, mediante el cual las resoluciones deberán contar con el aval de los tres sectores que conforman el armado: el kirchnerismo, el massismo y el kicillofismo. Esta fórmula busca garantizar equilibrio en la toma de decisiones y replicaría la lógica acordada días atrás durante el congreso del PJ bonaerense celebrado en Merlo.
El objetivo de fondo es evitar disputas internas que deriven en la presentación de listas paralelas. Sin embargo, por el lado de Kicillof no descartan activar un sello propio si las negociaciones se frustran antes del 19 de julio, fecha límite para la inscripción de candidaturas. El temor a que La Cámpora concentre el control de los concejos deliberantes en distritos clave es una de las principales objeciones del oficialismo provincial, que aún resiste la presión por ceder espacios.
Más allá de las rispideces, en todos los sectores coinciden en que el acuerdo está “encaminado”. La definición del nombre del frente todavía está en discusión, pero ya se confirmó que lo integrarán el Partido Justicialista, el Frente Renovador, Nuevo Encuentro, Kolina, el Frente Grande, Unidad Popular y una serie de agrupaciones distritales. La idea es replicar la base del armado nacional que llevó a Unión por la Patria en 2023, aunque con matices propios del territorio bonaerense.
Kicillof, por su parte, comenzó a preparar el terreno discursivo. Durante la inauguración de una escuela secundaria en Pilar, evitó hablar de candidaturas pero lanzó un mensaje con tono electoral: “Estamos ante decisiones importantes. Hay que elegir si queremos una Provincia con más salud, más educación y más inclusión, o si dejamos que todo eso se desmorone”.
En simultáneo, se aguarda la resolución de la Junta Electoral bonaerense sobre el formato de las boletas, que esta vez incluirán color e imágenes de hasta dos candidatos. La decisión es clave, ya que la boleta violeta de La Libertad Avanza podría condicionar la estrategia visual del oficialismo.
