Muerte de Hebe de Bonafini

Hebe de Bonafini, íntima: el dolor por la desaparición de sus hijos, la historia del pañuelo y la maternidad política

La titular de la Asociación Madres de Plaza de Mayo contó sobre el momento en el que sus hijos desaparecieron, sus primeras marchas, la historia del pañuelo y su vínculo con la política. Una entrevista inédita realizada en 2017.
Eugenia Muzio
por Eugenia Muzio |
Hebe de Bonafini

Hebe de Bonafini, en una entrevista con recorrido histórico (Foto: Télam)

Hebe de Bonafini tenía 49 años cuando su hijo Raúl la llamó por teléfono y le dijo: "No lo encontramos a Jorge en la casa. Está todo quemado y revuelto". Hasta ese 8 de febrero de 1977 había sido una niña hija de inmigrantes que jugaba en la arena que traían los barcos a la localidad de El Dique, provincia de Buenos Aires.

Una joven que a sus 15 años aprendió bordado y vendía "ponchitos". Una ama de casa como cualquiera de sus vecinas de Ensenada, con su casa de chapa y madera, su marido al que amaba y sus tres hijos, que le insistían que deje los platos secándose en el escurridor para que tenga tiempo para leer sobre política.

Raúl fue detenido y desaparecido por la última dictadura cívico militar al igual que Jorge, que corrió la misma suerte en medio de la búsqueda de su hermano. Bonafini murió este domingo 20 de noviembre de 2022 sin encontrar a sus hijos, sin darlos por muertos, después de tocar miles de puertas y caminar incontables veces frente a la Casa Rosada. Tenía 93 años y 45 ininterrumpidos de lucha por la memoria, la verdad y la justicia.

Con su enojo catártico y dureza que la caracterizó fue una de las fundadoras de la Asociación Madres de Plaza de Mayo y su presidenta hasta el último día. Buscó a sus hijos y a los de sus compañeras, pero no le gustaba llevar los nombres de los desaparecidos en escrito. Un gesto: para ella, sus hijos y los de ninguna eran más importantes que los del resto.

Reconocida mundialmente como una figura defensora de los derechos humanos no le gustaba esa definición. "Se prostituyeron mucho", lanzó en una entrevista realizada en 2017. Ese enero, Hebe habló con voz pausada, con una foto de Fidel Castro, fallecido en noviembre de 2016, y ella fundidos en un abrazo en la mano. La repartía a cada quién que la visitaba en su despacho de la sede de su organización ubicada en Hipólito Yrigoyen 1584, en la plaza del Congreso.

Hebe de Bonafini

Desde su oficina en un día gris como el día en el que partió pero de 2017 (**), en una habitación colmada de fotos, pañuelos encuadrados, cartas y archivos, contó sobre la desaparición de sus hijos, de cómo nació el pañuelo de las Madres, las primeras marchas en la pirámide de mayo, su relación con la política, la juventud y las Abuelas de Plaza de Mayo.

— ¿Le interesaba la política antes de la desaparición de sus hijos?

— Yo dije varias veces que fue cuando me enteré de que mis hijos no estaban pero en realidad antes de eso mis hijos por suerte me tuvieron mucha confianza en cuanto a su trabajo político. Me decían: "Mamá, ¿por qué no lees un poco de política, dejá de lavar los platos al mediodía para ponerlos en el escurridor y que se sequen solos y leé. Pero yo trabajaba, trabajaba y les decía: "¿para qué? si para eso están ustedes. Y yo ahora, hace muchos años que no puedo dejar de hablar de política.

Pero empecé a ver lo que hacían y acompañarlos. No porque entendiera totalmente, es difícil entender la entrega que tenían ellos. Estudiaban, trabajaban, cantaban, iban a reunión de acá, reunión de allá, les daban la mitad del sueldo a sus compañeros. Mi marido a veces les llevaba algún pibe que estaba escondido, algún pibe que no tenía nada, o algún pibe que tenía más hijos de que podía ir alimentar. Para ellos la solidaridad y la lealtad era parte de la vida política. Desgraciadamente hoy muchos perdieron la solidaridad y la lealtad. Y por eso se pudre mucho la política también. Tenían una entrega muy revolucionaria y transformadora en el momento, estábamos muy mal y ellos tenían la voluntad de cambiar las cosas.

Hubo tantas traiciones y tantas cosas que empezaron a perder la vida muchos de ellos. Cuando tantos dirigentes se fueron del país ellos no quisieron. Mi hijo más chico me dijo que se tenía que quedar por el más grande, cuando despareció. Mi nuera, por su esposo. Y así.

— ¿Recuerda el momento en el que se enteró de la desaparición de sus hijos?

— Me llamó por teléfono Raúl y me dijo: "Mirá mamá, no lo encontramos a Jorge en la casa. Está revuelta. Yo no pude llegar pero me dijeron que está todo tirado y quemado. Yo los quiero ver. Por favor, mamá, me van a abrir la puerta en Hospital de Niños en donde guardar los autos los médicos. Por favor, métete por ahí, que voy a estar ahí".

Colgué el teléfono y no lloré nada. Gritaba, decía cosas. Le dije a mi marido que teníamos que ir al Hospital del Niño a las siete de la tarde, que Jorge no aparecía y María Elena tampoco y que Raúl no quería ver. Le dije a María Laura si se quería ir con su abuela pero nos acompañó.

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Cuando llegué encontré a otro hijo: pelado, sin barba, sin cabello, pálido, desesperado. Ahí me di cuenta que la cosa era grave. Raúl no se quiso ir, mi nuera tampoco. Se llevaron a la hermana, el cuñado, pero nada. Se escapó, estuvo en Villa Gesell, viviendo entre los árboles, las dunas.

Y empecé a golpear comisarías, y unos meses después una madre que estaba pidiendo por su hijo preso político me dijo de unas madres que se juntaban en la plaza de mayo y fui.

La primera reunión de las Madres de Plaza de mayo fue el 30 de abril de 1977. Hebe se sumó días después y habló con Azucena Villaflor, la fundadora de la asociación. Como la ley de la Junta Militar no permitía reuniones tumultosas en lugares públicos, las madres empezaron a girar y así nacieron las marchas alrededor de la pirámide de mayo. El 6 de diciembre de ese mismo año su hijo Raúl fue secuestrado de su casa de Berazategui. Ahora era dolor de la incertidumbre era doble.

Unos días después, una patota de la ex Escuela Mecánica de la Armada (ESMA) se llevó a Azucena y dos años más tarde, en 1979, en una reunión que se hizo en la casa de Emilio y “Chela” Mignone, Hebe fue elegida presidenta de Madres. Luego en 1983, ya en democracia, la organización se dividió y se creó Madres de Plaza de Mayo - Línea fundadora.

—¿Cuándo se dieron cuenta que la situación era parte de un proceso genocida mucho más grande?

—Cuando vino la OEA en el 79. Recién ahí las Madres nos dimos cuenta que no iban a volver los chicos. Hasta ahí todavía teníamos esperanzas, pero cuando vimos que como era el proceso los tipos que venían como era para calmar todo como no querían que entremos las únicas que entramos fueron las madres, los demás organismos entraron de a uno.

Ahí te das cuenta que es toda una hipocresía, una falsedad. Al poco tiempo empezaron a llegar informes de campo de concentración. Cuando ves la brutalidad y la crueldad dijimos "no van a volver". Y bueno, y ahí tuvimos que reforzar la idea con las madres para seguir con más razón, que que no había que abandonarlos que estaban muy solos, que no había que abandonarlos, aunque estuvieran vivos o muertos, pero que había que reivindicar su lucha y por eso nosotros nunca cobramos la reparación económica, no, no tenemos pensión de nada. Nosotros nos vamos a dar por muerto a nuestros hijos.

— ¿Cómo se organizaban para salir a reclamar por sus hijos?

— Desde el 78 salimos a hablar a Europa, contar lo que nos pasaba. Decíamos: "Madres, tenemos que contar lo que nos pasa, no llevemos un libreto escrito, no somos un partido político, por encima de la religión y de las razas están nuestros hijos".

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Salíamos y contábamos lo que nos pasaba. Tenés que tener mucha entereza porque te tratan como una pobrecita madre que le faltan los hijos. Y si llorás y hablás de tu hijo tenés prensa y tenés más gente y te enfrentas y sos dura y no pedís solo por tu hijo pedís por todos. Rechazás todo lo que te quiere dar el sistema capitalista y y hablás de todo lo que pasa ya soy una madre que hace política y entonces hace como una crítica pero las madres en política ahora.

Y nosotras aprendimos en que la política es la que la que nos iba a defender la política era lo que servía que fuéramos un colectivo. Que aunque discutamos todos los días y nos pedimos todos los días seguimos siendo un colectivo. Y el hijo de ninguna de nosotras es más que el de otra.

La foto de los hijos no tienen nombre y nosotros no queremos que le pongan nuestro nombre a nada. Si le ponen, que le pongan Madres de Plaza de Mayo no el nombre de nosotros.

—¿Cómo surgió la idea del pañuelo blanco?

—Casual, como todo. Veníamos siendo muchas las que nos juntábamos. Venía la marcha Luján a la que los curas decían que siempre van un millón de jóvenes también en aquella época lo decían. Van, pero no lo de los nuestros. Así que teníamos que ir. Hicimos una reunión algunas tenían miedo de que nos peguen, que nos lleven. Había madres que iban, pero no todas querían caminar desde San Cayetano entonces nos encontrábamos en Moreno. Y bueno empezamos a pensar en qué ponernos para identificarnos entre nosotras. Aún en el 79 no sabíamos ni dónde vivía cada una ni los apellidos de cada una, porque había muchos terror porque había mucha relación había mucho seguimiento a las madres y bueno, entonces una dijo: "Ah, el blanco se ve de noche".

Y ahí una dijo: "¿y si nos ponemos un pañal de los chicos'" En ese momento eran de tela, lavables, y los lavábamos. El primer pañuelo fue un pañal. Y después de un tiempo largo empezamos a ver que algunos medios hablaban de esas mujeres del pañuelo blanco que en Luján entraron gritando por los desaparecidos y dijimos bueno, el pañuelo nos identificó, hay que usarlo y lo empezamos a usar para los actos políticos, no en la plaza todavía. Así que el pañuelo nació el 9 de octubre del 77.

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— ¿Cómo fue históricamente la relación con Abuelas de Plaza de Mayo?

— Yo con Abuelas de Plaza de malo siempre tuve muy buena relación porque yo siempre estuve con Chicha Mariani que fue la que encontró los primeros 66 nietos, la que consiguió con mucho esfuerzo que le dieran el examen listo compatibilidad para identificarlos. Ya Estela no, con Estela no tuve ninguna relación porque lo primero que dijo Estela fue que los únicos inocentes eran los niños y yo me enojé y le dije: nuestros hijos también son inocentes.

— ¿Cómo describís tu relación con la población, con la prensa y con la política?

— El pueblo siempre fue bueno con nosotros. Nos amparó en las marchas de resistencia que fueron enormes. Cuando empezaron a hacer los recitales de rock para contar venían 100.000 pibes, pero eso no sabía en ningún lado entonces como por suerte, ahora vamos a hacer la historia de los viajes de las madres que hicimos por todo el mundo.

Nosotras no somos madres antigüas. Tratamos de movernos con el tiempo y acompañar a los pibes. Ellos no se olvidan que saqué cantidad de pibes de la comisaría pateando la puerta, entrando hasta la celda. Quedándome noches enteras con otros pibes tocando el bombo hasta que soltaran al último pibe. No se olvidan de eso. El pueblo jamás olvida.

Yo quiero hablar de la defensa de la vida. No me gusta hablar de derechos humanos porque se prostituyeron mucho. Nosotras somos una organización política. Desde que se fueron Néstor y Cristina se perdió muchísimo porque no se respeta nada y no se respeta la vida que es tan importante y nosotros respeta la vida porque te descansa sin trabajo y cuando no tenés trabajo no puedes comer y si vos ves lo que pasa en el barrio La Matera en Quilmes y nadie se ha pegado un tiro como tendría que haberse pegado, la verdad un intendente que permite que pase eso las ratas las cucarachas, la tuberculosis están matando a la gente. Parece que estamos en otro siglo y todo eso tiene que ver con el derecho a la vida y con el derecho que tiene cada ciudadano y sin embargo, no se tiene en cuenta con Cristina eso no pasaba.

A Macri no le va a resultar fácil, no va a poder ir a ninguna parte, lo va a perseguir la gente, le va a tirar piedras como le pasó ahora en soberanía. La gente no lo quiere, aunque él se crea que los que lo quieren no lo pueden aplaudir porque no están en la calle.

**Entrevista realizada en enero de 2017 para Radio Jauretche