Mientras tanto, se prepara el almíbar. En una olla amplia se coloca el azúcar junto con el agua y se cocina a fuego medio, revolviendo hasta que el azúcar se disuelva por completo. Una vez que rompe hervor, se deja entre 7 y 8 minutos sin revolver, hasta alcanzar el punto “hilo flojo”, que se reconoce cuando al tomar un poco de almíbar con una cuchara y dejarlo caer, se forma un hilo fino y continuo.
En ese momento se incorpora el puré de batata al almíbar, junto con la vainilla y el jugo de limón. Se baja el fuego a medio-bajo y se continúa la cocción entre 40 y 60 minutos, removiendo constantemente con cuchara de madera para evitar que se pegue. El dulce estará listo cuando, al pasar la cuchara, se vea el fondo de la olla y este tarde en cubrirse nuevamente.
Por último, se vuelca la preparación en un molde humedecido o forrado con papel film, se alisa la superficie y se deja enfriar a temperatura ambiente antes de llevarla a la heladera por al menos 12 horas. Pasado ese tiempo, se puede desmoldar y cortar en porciones.
Para lograr un color anaranjado más intenso, como el de los dulces industriales, se recomienda utilizar batatas coloradas y añadir unas hebras de azafrán o una pizca de colorante vegetal disuelto en agua caliente durante los últimos minutos de cocción.