Lo más impactante fue la actitud de Soto tras el crimen. Horas después de haber cometido el asesinato, se presentó en la seccional policial para ofrecer apoyo a la familia de Catalina. Marcelo recordó con angustia cómo Soto llegó acompañado del novio de su hija y, en un gesto de aparente consuelo, abrazó a la madre de la víctima. “A mí no, gracias a Dios porque me hubiera dado asco después de todo lo que pasó”, declaró Marcelo, incapaz de contener la indignación.
No se ha confirmado si Soto actuó solo o si contó con cómplices para perpetrar el crimen. Sin embargo, Marcelo Gutiérrez no tiene dudas sobre la peligrosidad del detenido: “Es alguien desquiciado que no merece vivir en este mundo”, sentenció el arquitecto, con la mirada perdida en el recuerdo de su hija.
Las redes sociales han sido un canal para que otras voces se sumen al relato sobre Soto. Una excompañera de secundaria compartió su testimonio sobre el comportamiento inquietante del joven. “Reiteradas veces hablé con la preceptora por situaciones raras de él. Nunca me escucharon. Tenía que matar a una chica para que se dieran cuenta. Qué horror todo”, expresó la joven.
La excompañera relató episodios de bullying y acoso que vivió a manos de Soto. “Insistió varias veces cuando le dije que no y lo tuve que empujar para que se alejara de mí”, añadió, evidenciando un patrón de comportamiento alarmante que había pasado desapercibido.