Cada cuánto conviene cambiar la almohada
Las almohadas deben renovarse cada uno o dos años como máximo, incluso si no muestran daños evidentes. Con el uso, los materiales pierden firmeza y se degradan de forma paulatina, lo que afecta la postura sin que se note de inmediato. Un truco útil para saber si es hora de cambiarla es doblarla por la mitad; si no recupera su forma original, ya no cumple su función.
Por otro lado es normal que, al estrenar una nueva almohada-incluso de buena calidad-, aparezcan ligeros dolores o molestias durante las primeras noches. El cuerpo necesita un breve período de adaptación para ajustarse al nuevo soporte.
Errores frecuentes al elegir o usar una almohada
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Apilar varias almohadas para dormir es un error común: desalinean el cuello y alteran la postura.
Conservar el nylon original también perjudica el descanso: debe retirarse y reemplazarse por una funda de tela transpirable, que permita la ventilación y evite la acumulación de humedad.
Las llamadas "almohadas ergonómicas cervicales" con lomas o formas marcadas no son aconsejables cuando el cuello no encaja correctamente. En ese caso terminan generando más molestias que beneficios.
Claves para un descanso saludable: colchón, horas y hábitos
Un buen descanso depende de varios factores clave. Además de elegir una almohada adecuada, es fundamental contar con un colchón que ofrezca el soporte correcto, ni muy blando ni muy duro, para mantener la columna alineada durante la noche. Según expertos en sueño, la mayoría de los adultos necesitan entre 7 y 9 horas de sueño diarias para funcionar óptimamente.
Dormir menos de esta cantidad se asocia con mayores riesgos de problemas cardiovasculares, dificultades cognitivas y alteraciones del estado de ánimo. Por eso, crear una rutina de sueño regular y mantener un ambiente cómodo, oscuro y silencioso contribuye a mejorar la calidad del descanso y, en conjunto con la elección adecuada de colchón y almohada, asegura un sueño reparador.