El nene no la soltaba pero al escuchar a su papá empezó a desmentirlo a los gritos tratándolo de "mentiroso" y "malo", recordó Analía en diálogo con El Día. A pesar de los intentos del acusado por amedrentarla, la mujer fue a denunciarlo esa misma noche. Sin embargo, dos años después, con 3 órdenes de restricción perimetral y una denuncia de 160 fojas, todavía no puede vivir tranquila.
Su hijo pasó por la revisión médica correspondiente y declaró en cámara gesell. En ambos casos se constató el abuso, y poco después sus hijas le confesaron que a ellas también las había "manoseado". A pesar de ello, el acusado sigue trabajando en el lugar de siempre y ahora también la amenaza y la acosa en la calle.
La mujer compara todo lo que ocurrió después de que presentara la denuncia con una "suerte de nuevo abuso", que tanto ella como sus hijos tuvieron que soportar sin que les reportara ninguna solución. "Nosotros que somos las víctimas vivimos encerrados por miedo y él anda por la calle como si nada", concluyó.