Hallazgo

Geólogos descubren un río con toneladas de oro que le pertenece a un solo país

"No es un milagro, sino el resultado de millones de años de historia geológica", afirmó uno de los responsables de este notable descubrimiento.

Investigadores y vecinos detectaron la presencia de este metal precioso en el cauce fluvial (Foto: archivo).

Investigadores y vecinos detectaron la presencia de este metal precioso en el cauce fluvial (Foto: archivo).

El hallazgo de un río de oro en Asturias dejó atónitos a los habitantes de Nalvegas, una pequeña localidad del norte de España. Allí, en pleno centro de la región asturiana, investigadores y vecinos detectaron la presencia de este metal precioso en el cauce fluvial, reavivando la tradición ancestral del bateo de oro, una práctica que se remonta a tiempos romanos y que hoy se mantiene como actividad turística y cultural.

Un hallazgo sorprendente

Según medios locales, el oro encontrado en el río Nalvegas proviene de depósitos fluviales formados hace millones de años en el occidente asturiano. El subsuelo de esta zona contiene pequeñas partículas de oro en sus rocas. Con el paso del tiempo y debido a procesos naturales como la erosión, la acción del agua y el desgaste geológico, el metal terminó acumulándose en el cauce del río.

Los geólogos explicaron que este fenómeno también está relacionado con la actividad tectónica y volcánica del pasado de la región cantábrica. En aquella época, los fluidos hidrotermales cargados de minerales se filtraban por las grietas y, al enfriarse, dieron lugar a la formación de metales como el oro.

“El hallazgo no es un milagro, sino el resultado de millones de años de historia geológica”, señaló un investigador local.

El bateo de oro: una tradición que sigue viva

El descubrimiento reactivó el interés por el bateo de oro, la técnica histórica que consiste en separar el metal de los sedimentos mediante una batea.

  • Se colocan sedimentos del río en una batea.

  • Se agita en círculos para que el agua elimine la arena y las piedras más ligeras.

  • Los materiales pesados, como el oro, quedan retenidos en el fondo.

Aunque hoy ya no representa un medio de vida, en Nalvegas se transformó en una tradición turística y educativa que combina historia, naturaleza y cultura.

El vínculo de Asturias con el oro no es nuevo. Durante el Imperio Romano, la región fue uno de los enclaves más importantes de Hispania en materia de explotación aurífera.

Ingenieros romanos desarrollaron complejas técnicas de extracción que dejaron una profunda huella en el territorio. El oro asturiano se convirtió en una de las principales riquezas que Roma exportó al resto del imperio.

Hoy, esa herencia histórica se celebra a través de actividades que buscan revivir el legado romano y difundir la importancia que tuvo la región en el pasado.

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El campeonato nacional de bateo de oro

El paraje de Nalvegas es protagonista cada año de un evento singular: el Campeonato Nacional de Bateo de Oro.

En esta competencia, los participantes no buscan riqueza, sino demostrar velocidad y precisión en la técnica. El objetivo es extraer la mayor cantidad de oro posible en un tiempo limitado, replicando las destrezas de quienes lo practicaban siglos atrás.

El campeonato no solo atrae a expertos en la disciplina, sino también a familias, turistas y curiosos que participan en talleres, actividades culturales y juegos diseñados para todas las edades.

“Es un evento que une tradición, turismo rural y comunidad”, destacaron desde la organización.

Oro, turismo y cultura en Nalvegas

Más allá de lo científico y lo histórico, el descubrimiento del río de oro en Asturias refuerza el atractivo turístico de Nalvegas y su entorno. El bateo de oro se convirtió en una actividad que conecta generaciones: los mayores transmiten saberes ancestrales y los jóvenes experimentan con sus propias manos una técnica milenaria.

El evento también aporta al desarrollo del turismo rural, ya que atrae a visitantes que buscan experiencias auténticas, en contacto con la naturaleza y con la historia de España.

El hallazgo de oro en el río no solo confirma lo que la geología y la historia ya explicaban, sino que mantiene viva una tradición que une el presente con el legado romano.

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