Mujeres y deporte

Juegos Olímpicos: historias de Leonas y otras atletas mamás ante el dilema de separarse de sus bebés

Rocío Sánchez Moccia fue una de las tantas deportistas del mundo que no pudo llevar a Tokio a su beba por el protocolo ante la pandemia. Francesca pasó estas semanas cuidada por el papá y abuela.
Luciana Arias
por Luciana Arias |
Cuando se planteó la idea de que ella fuera lo charlaron con su pareja. Ahí me preguntó si podía acompañarla

"Cuando se planteó la idea de que ella fuera lo charlaron con su pareja. Ahí me preguntó si podía acompañarla", dice  Gabriela, la mamá de la Leona Rocío Sánchez Moccia. 

Cuando la Leona y su mamá Gabriela se enteraron de la habilitación del COI para que las atletas con niños lactantes los llevaran a los Juegos Olímpicos ya tenían todo planificado para que Francesca volviera a Buenos Aires con su abuela.

Cuando la Leona y su mamá Gabriela se enteraron de la habilitación del COI para que las atletas con niños lactantes los llevaran a los Juegos Olímpicos ya tenían todo planificado para que Francesca volviera a Buenos Aires con su abuela.

Con solo dos meses Francesca Pérez ya formaba parte de una concentración de deportistas de elite. Era 18 de mayo y partía junto a su mamá, la jugadora Rocío Sánchez Moccia y el resto de las Leonas y los Leones hacia Córdoba. Se sumaba su abuela materna Gabriela, quien hoy, es una de las personas que la cuida, mientras Rochy brilla en Tokyo.

"Cuando se planteó la idea de que ella fuera lo charlaron con su pareja, Alejandro. Ahí me preguntó si podía acompañarla", dice a Gabriela a A24.com. "Estuve en la burbuja con los Leones y las Leonas. Más allá de mi rol de abuela vi el gran esfuerzo que hace mi hija hace 14 años. Es un trabajo que, como espectador, uno no comprende del todo".

El 10 de junio viajaron a entrenar a Cariló. "Volvimos y el 30 de junio partimos hacia Valencia", recuerda. La decisión de sumarse al equipo del Chapa Retegui implicaba tener que separarse de Francesca durante el tiempo en que Rochy estuviera en Tokio y, en consecuencia, dejar de amamantarla. Es que los protocolos de seguridad por la pandemia habían prohibido a los familiares de los deportistas asistir a la Villa Olímpica.

¿Qué pasó con otras atletas mamás?

Días antes, el 23 de junio, la jugadora canadiense de básket Kim Gaucher anunció que la verían en Tokio pero con un costo muy alto: dejar en casa a Sophie, su beba de 3 meses. En sus redes publicó: "El COI me está forzando a tomar una decisión muy dura: no acudir a los Juegos Olímpicos o pasar 28 días en Tokio sin mi hija, a quien estoy amamantando".

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Al reclamo de Kim se sumaron otras mamás atletas, como la española Ona Carbonell, del equipo de natación artística, con el pequeño Kai, de 11 meses a quien también amamantaba.

¿Qué dijo el COI ante el reclamo?

Tras las quejas públicas y el apoyo que recibieron, el Comité Olímpico Internacional (COI) cambió de idea y habilitó a las madres con hijos lactantes podrían llevarlos. "Después de una cuidadosa consideración de la situación única que enfrentan las atletas con niños lactantes, nos complace confirmar que, en caso de ser necesario, los niños lactantes podrán acompañar a las atletas a Japón", anunciaron el 30 de junio.

Kim festejó la noticia con un video junto Sophie donde agradecía a quienes ayudaron a que viajaran juntas. También llevó tranquilidad a algunas de las deportistas como Aliphine Tuliamuk, maratonista estadounidense que amamanta a Zoe, su hija de seis meses.

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Otras, como Alex Morgan, estrella de la sección de fútbol de Estados Unidos se preguntaron en Twitter: "Todavía no estoy segura de lo que significa ‘cuando sea necesario’. ¿Eso lo determina la madre o el COI (Comité Olímpico Internacional)?".

Sin embargo a los bebés no les permitieron alojarse con sus madres. Estar cerca por las noches para alimentarlos y calmarlos es algo central para ambos. Pero la condición para ir a Japón fue que los niños quedarían afuera de la villa olímpica y a cargo de sus cuidadores en estricta cuarentena.

Condiciones poco favorables

Los requisitos de la organización desalentaron a Ona Carbonell. "Mi pareja debía estar con mi hijo en una habitación de hotel encerrados durante todo lo que dure mi estancia allí (unos 20 días) y yo debía desplazarme desde la villa para hacer la lactancia", contó en sus redes.

Por eso también decidió suspender la lactancia: «Tras recibir incontables muestras de apoyo y ánimo para acudir a Tokio con Kai, quería manifestar mi decepción y desilusión porque finalmente tendré que viajar sin él».

Y agregó: "No puedo poner en riesgo al equipo, lo mío no es un deporte individual, y además tampoco pueden estar mi pareja y mi hijo tres semanas metidos en un hotel. Las condiciones no son buenas y me gustaría visibilizar para que compaginarlo pueda ser en el futuro normal”, dijo la joven en sus redes sociales.

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La decisión de Rocío

Francesca estuvo junto a su mamá hasta el último día en que las Leonas partieron rumbo a los Juegos Olímpicos. "La amamantó hasta el minuto antes de tomarse el avión que iba a Madrid para para luego viajar a Tokio", dice Gabriela. Durante las semanas que lleva a 18.300 km de distancia todo marchó según lo previsto. "Le habíamos empezado a dar mamadera, parte con leche que se extraía mi hija y otra de fórmula".

Cuando se enteraron de la habilitación del COI para atletas con niños lactantes ya tenían todo planificado para que Francesca volviera a Buenos Aires. "Viajé con ella desde Valencia. Al regreso hicimos juntas la cuarentena, sin salir durante esos días. Ella estuvo bien todo ese tiempo", cuenta la madre de la jugadora.

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Cuando la Leona y su mamá Gabriela se enteraron de la habilitación del COI para que las atletas con niños lactantes los llevaran a los Juegos Olímpicos ya tenían todo planificado para que Francesca volviera a Buenos Aires con su abuela.

Cuando la Leona y su mamá Gabriela se enteraron de la habilitación del COI para que las atletas con niños lactantes los llevaran a los Juegos Olímpicos ya tenían todo planificado para que Francesca volviera a Buenos Aires con su abuela.

Sánchez Moccia quedó embarazada en medio de la pandemia. En ese momento le dijo a Retegui que quería seguir entrenando. Y lo hizo. La beba nació por cesárea el 10 de marzo. Al mes y medio, Rochy ya estaba de regreso. Según contó, cuando volvió para hablar con el Chapa se encendió la llama. "Las vi entrenar a las chicas, fue como que me di cuenta que tengo ganas", dijo por entonces.

"Hacía 33 años que no estaba a cargo de un bebé. Fue fantástico, lo viví con una gran alegría", dice la mamá de la volante que obtuvo medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y en los Juegos Panamericanos de 2017, además de tres Champions Trophy y una Liga Mundial.

Gabriela siguió cada partido con devoción. "Estoy contenta con que haya podido cumplir el sueño de estar en Tokio, que era lo que ella quería", dice mientras se ilusiona con la gran final contra Países Bajos y la chance de que su hija vuelva con el oro.

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