Una vez recibida, Cecilia Grierson se incorporó al entonces Hospital San Roque de la Ciudad de Buenos Aires -que hoy es el Ramos Mejía. Ahí se dedicó a la ginecología y la obstetricia. Según la historiadora, cuando los partos se empezaron a hacer en hospitales creció la mortalidad materna en relación a las mujeres que morían con los nacimientos domiciliarios. "El problema eran la 'fiebre puérpera' y las infecciones post-parto. Eso se debía a la falta de asepsia, que era mucho más eficaz con las comadronas, las mujeres que asistían a las madres en las casas", dice.
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Cecilia Grierson trabajó en dar herramientas de formación a las mujeres jóvenes que ya trabajaban el los hospitales sin ningún conocimiento. Siendo aún una estudiante fundó la “Escuela de Enfermeros, Enfermeras y Masajistas”, la primera en Sudamérica.
Según explica, los médicos de entonces no conocían sobre partos. Fue un saber que le expropiaron a las parteras. Sin embargo obligaron al Estado a regular la actividad. "Cecilia Grierson fue una representante de la 'medicina científica', que generó grupos de médicos jóvenes con llegada política que intervenían sobre los hombres con funciones en el aparato estatal. Incidieron en la formación del Estado y sus funciones sociales: crearon hospitales, oficinas de estadísticas".
Además, considera interesante pensar a Grierson como parte de un proceso colectivo de mujeres que también buscaban derechos para las mujeres en las esferas de la política y la educación. En medio de ese espíritu de época, "muchas de las sufragistas de principios siglo XX, como Alicia Moreau de Justo, Elvira Dellepiane o Julieta Lanteri, también fueron médicas".
¿Cómo fue la historia de la primera médica argentina?
Cecilia Grierson nació en Buenos Aires el 22 de noviembre de 1859. Hija de inmigrantes escoceses e irlandeses pasó su infancia en Uruguay y en la estancia de su familia, en Entre Ríos. Asistió a colegios ingleses y, tras la muerte de su padre, con 14 años empezó a trabajar como maestra rural para ayudar económicamente a su madre.
"Ella pertenecía a un sector medio en ascenso. Fue una mujer instruida", dice Pita. A los 19 obtuvo el título de Maestra Normal. Se lo entregó en mano Domingo F. Sarmiento. Trabajó durante años en la docencia. En 1882, después de sortear varias complicaciones, entró a la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Buenos Aires. Siendo aún estudiante trabajó en la lucha contra la epidemia de cólera en el Hospital Muñiz.
El mismo año en que se recibió hizo su primer viaje a Europa. En Londres participó del Congreso Internacional de Mujeres. En París tomó clases con los doctores Pierre Budin y Adolfo Pinard, considerados "padres de la obstetricia", una rama de la medicina que recién empezaba a desarrollarse. Según escribió en sus cartas personales, Cecilia se sintió muy reconfortada porque le reconocieron sus gran nivel de práctica y conocimiento.
Por ser mujer
En 1892 colaboró en la primera cesárea que se hizo en la Argentina. Dos años después se inscribió en un concurso para ser profesora sustituta de la Cátedra de Obstetricia para parteras. A pesar de su experiencia, el puesto quedó vacante.
“Fue únicamente a causa de mi condición de mujer, según refirieron oyentes y uno de los miembros de la mesa examinadora, que el jurado dio en este concurso de competencia un extraño y único fallo: no conceder la cátedra ni a mí ni a mi competidor", escribió Cecilia.
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En 1894 se postuló como ser profesora sustituta de la Cátedra de Obstetricia para parteras. “Fue únicamente a causa de mi condición de mujer (...) que el jurado dio en este concurso de competencia un extraño y único fallo: no conceder la cátedra ni a mí ni a mi competidor", escribió Cecilia.
De parteras y enfermeras
"La profesión de partera ha sido el primer oficio al que se han dedicado las mujeres y ha sido ejercida siglos de siglos, antes que sintiera la necesidad de la enfermera, que es una eflorescencia de la civilización moderna", escribió Cecilia en 1903. En 1886, siendo aún una estudiante, fundó la “Escuela de Enfermeros, Enfermeras y Masajistas”, la primera en Sudamérica.
"Aquella era llamada por una verdadera imposición de la naturaleza, ésta viene a ser un complemento en relación con nuestro progreso del último siglo. Una u otra, han ejercido su profesión, de una manera empírica, y ambas han tenido que ir poco a poco, fundando su arte sobre conocimientos científicos", agregaba.
Según Pita, "la creación de la escuela de enfermería tuvo muchas resistencias". Y recupera algo que resuena extraño en nuestros tiempos de pandemia. Una de las batallas que se daban por esos días fue la de lavarse las manos antes de operar. "En el origen había una gran precariedad, eso era materia de disputa. Hubo que aprenderlo", explica. "El higienismo es una forma de intervenir sobre las maneras de vivir. La idea de que las mujeres requieren atención, ya sea para tener un parto seguro o mejorar su calidad de vida".
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Su tesis, "Histero-ovariotomias efectuadas en el Hospital de Mujeres desde el año 1883 hasta 1889" recomendaba extremar los cuidados higiénicos las pacientes y la asepsia de médicos y enfermeros, algo que esa época era motivo de disputa. "Toda insistencia sobre estas precauciones nunca será exagerada", escribió Grierson.
"Ella hizo el intento de pensar en dar herramientas de formación a las mujeres jóvenes que ya trabajaban el los hospitales sin ningún conocimiento, salvo las que pertenecían a las órdenes religiosas", dice Pita. "Fue muy disruptivo y ella lo llevó adelante con el apoyo de las matronas de la Sociedad de Beneficencia -mujeres patricias de la alta sociedad porteña- quienes lo aceptan y lo motorizan".
Hoy, la Escuela de Enfermería de la Ciudad de Buenos Aires lleva su nombre. Y el día de su nacimiento es el día del enfermero.
Mujer de su época
La lucha de Cecilia Grierson por los derechos de la mujer trascendió la medicina. Impulsó a creación de asociaciones, tanto profesionales como activistas. En 1903 fundó la Asociación Obstétrica Nacional y la Revista Obstétrica.
Aunque obtuvo el título de cirujana, Cecilia nunca lo ejerció. "Para mujeres como Grierson la medicina se abre pero no para todos los campos". Pita refiere a un "juego de exclusiones y discriminaciones" que, al mismo tiempo, acercan a Cecilia a otras mujeres. "Hubo una identificación con ideales feministas", explica.
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Cecilia Grierson tuvo visión política y luchó por ideales feministas. "Sabía que para afirmarse debía ganar a otras mujeres para la causa". Así, obtuvo el apoyo de las matronas de la Sociedad de Beneficencia, mujeres patricias de la alta sociedad porteña.
"Se ganó un lugar como obstetra, pero su participación como médica no estuvo desdoblada de sus intervenciones como feminista. Fue articulando ambas", dice Pita.
A principios del siglo XX formo parte de la fundación del Consejo Nacional de las Mujeres, la primera entidad que agrupó a mujeres y asociaciones femeninas de distintos lugares del país. "Era una mujer política y con visión política. Sabía que para crecer y afirmarse debía ganar a otras mujeres para la causa".
Cecilia murió en 1934, luego de haber donado la casa donde vivía, en la localidad cordobesa de Los Cocos. Allí se construyó una escuela que lleva su nombre.