El municipio de Córdoba resolvió aplicar el Código de Faltas, que establece multas de hasta 40.000 pesos o la realización de trabajos comunitarios para quienes toman parte en reuniones o fiestas clandestinas durante la pandemia de Covid-19. En el caso de los organizadores de estos encuentros ilegales, el castigo llega a 200.000 pesos.
"Nosotros no perseguimos un fin recaudatorio con castigar las fiestas clandestinas, sino concientizar y darles una alternativa. El Código de Faltas de Río Tercero permite cumplir 15 horas de tareas comunitarias en tareas que les asigna el municipio", explicó Ferrer desde Córdoba.
El intendente dijo que cuando les notificó a los padres de los adolescentes y jóvenes la posibilidad de que cumplieran con las tareas comunitarias en lugar de pagar la multa, "lo aceptaron y tuvieron una reacción positiva, asumiendo el error que habían cometido sus hijos", dijo.
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Ferrer comentó que el municipio les asignó tareas de limpieza en espacios públicos, parques y plazas. Esta semana, además, algunos comenzaron a pintar cordones y cunetas, mientras que otros colaboraron en distinta tareas en los vacunatorios de la ciudad, ubicada en el departamento Tercero Arriba, del valle de Calamuchita.
En todos los casos, y así será cada vez que se detecten fiestas clandestinas, cumplen con el trabajo estipulado durante dos horas y son controlados por funcionarios de Río Tercero. Además, reciben la indumentaria necesaria y barbijos.
¿Cómo reaccionaron los jóvenes que participaron de las fiestas clandestinas?
El Código de Faltas municipal, que rige desde 2007, sanciona con multas de entre $40.000 y $200.0000, arresto, trabajos comunitarios y asistencia a cursos educativos a quienes transgreden las disposiciones sanitarias y de seguridad e higiene, entre otras conductas que afecten a la sociedad y a las instituciones, tanto públicas como privadas.
El organizador de fiestas clandestinas, como la que asistieron los adolescentes y jóvenes, tiene la posibilidad de cumplir con las tareas comunitarias debido a que su eventual responsabilidad frente al hecho era más grave.
Los jóvenes, comentó Ferrer, dijeron que sintieron "avergonzados" después de haber sido reconocidos por algunos pobladores de Río Tercero, que tiene 60.000 habitantes. "Incumplir la norma, como es participar de fiestas clandestinas, implica sanciones y hay que hacerse responsable" por eso, dijo el intendente en Córdoba.
Los hospitales de Río Tercero, detalló Ferrer, tienen el 90% de las camas de terapia intensiva ocupado por pacientes con Covid-19, aunque no todos ellos son habitantes de la ciudad, sino que fueron derivados desde otras localidades.
"Por más que en Río Tercero no haya tantos casos, la realidad es que no hay camas y eso presenta un riesgo mayor", indicó Ferrer.