MEMORIA

"¿Se jugaron algún fulbito?": el inocente intercambio de cartas entre un excombatiente de Malvinas y su amigo en Buenos Aires

Un 25 de abril de 1982 en Malvinas, a Marcelo le llegó la carta de su intimo amigo Gerardo.
Camila Mestres
por Camila Mestres |
¿Se jugaron algún fulbito?: el inocente intercambio de cartas entre un excombatiente de Malvinas y su amigo en Buenos Aires

“¿Qué tal pibe? ¿Chupando frío? Y bueno, qué vas a hacer. El otro día estuve por tu casa y me quedé un rato con tu vieja (la vi bastante bien, quedate tranquilo) y me mostró tu carta, parece que no la estás pasando tan mal che..”. Esas fueron las primeras palabras que le escribió Gerardo a su amigo y compañero del club de vóley, Marcelo, quien en ese entonces se encontraba en Las Malvinas. Una carta enviada un 28 de abril de 1982 que refleja la desinformación que abundaba en el contexto de la guerra y el gobierno de facto de Leopoldo Fortunato Galtieri en Argentina.

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“No era un tema que estuviera instalado en la sociedad ni entre nosotros, los soldados”, explicó Marcelo Rosasco a A24.com. El periodista y docente estaba por comenzar su viaje a la guerra, sin saberlo. Y peor aún, Marcelo se encontraba con las ansías de que solamente le faltaban entre 25 y 33 días para reinsertarse en la vida civil.

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Un 2 de abril al amanecer a Marcelo le llegó la noticia. Un compañero entró a despertarlos para gritar que Argentina había tomado las Malvinas. “Mi primera reacción fue decirle que no jodiera y que nos dejará seguir durmiendo”, confesó Rosasco.

Sin embargo, después de una semana de idas y vueltas, en la madrugada del sábado patearon la puerta donde él y los soldados estaban durmiendo. A los gritos les pidieron que busquen su equipaje y armamento para viajar. “Con mis compañeros teníamos la idea de que en algún momento dijeran que fue una falsa alarma o un simulacro”, detalló Rosasco. Horas más tarde, a las 2 am del domingo, los jóvenes emprendieron el viaje a la Isla, y a las 10 de la mañana arribaron en Puerto Argentino.

“Aprovecha el viaje gratis para conocer Las Malvinas vos que podés, que si más adelante queremos ir nosotros nos va a salir un huevo”, continúo escribiendo Gerardo en la carta. Luego, la pasión por el fútbol tomó gran protagonismo: Gerardo, como pudo, le informó los partidos que, según él, no podía perderse de la opinión y las formaciones.

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Y por supuesto, la pregunta que entre dos jóvenes no podía faltar: “¿Se jugaron algún fulbito, che? Según me dijeron, hay una sola cancha y está inclinada para un arco”.

Marcelo fue uno de los soldados que pudo volver de Malvinas. Un 21 de junio llegó a Campo de Mayo y se reencontró con su familia. Recién el 5 de julio le dieron la baja del servicio militar y pudo volver a ser lo que alguna vez soñó.

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