Historias Reales

Steve Fossett, el millonario que se creía invencible y murió en su ley

Tenía 63 años cuando su avión se estrelló en California. Había batido 115 marcas mundiales y planeaba seguir quebrando récords hasta los 80 años. El viaje final y la misteriosa aparición de sus huesos.
Diego Geddes
por Diego Geddes |
Steve Fossett

Steve Fossett, el multimillonario que murió mientras trataba de conquistar un nuevo récord Guinness.

La pregunta aplica para cualquier ser humano, pero en el caso de Steve Fossett se vuelve más relevante. ¿Cómo habrán sido sus últimos instantes? Su fabuloso avión a punto de impactar contra una montaña en California, sus millones de dólares esperando en un banco de Suiza, la colección de récords Guinness que acumuló durante su vida: ¿Valió la pena todo ese esfuerzo para morir así, buscando un nuevo récord?

Este 2 de julio se cumplen 20 años de una de sus marcas más relevantes. Fue el primer hombre en dar la vuelta al mundo en un globo en solitario y sin escalas. Había salido desde Australia el 19 de junio de 2002 y cumplió su objetivo el 2 de julio de ese mismo año. Antes lo había intentado otras cinco veces y una vez casi le cuesta la vida, al caer con su globo desde 8.000 metros.

Siempre al borde del peligro, pero con una extraña disciplina que le permitía minimizar los riesgos. "Eso podría sonar extraño debido al deporte que practico. Yo trato de reducir el riesgo. No hago esto simplemente por la emoción. Lo hago por un logro personal", dijo alguna vez.

Antes había cruzado el Océano Pacífico sin asistencia en globo aerostático, en 1995. Y antes, en 1985, había cruzado a nado el Canal de la Mancha. Cruzar, romper metas, superarse. Un objetivo siempre seguía a otro.

Después de la hazaña de la vuelta al mundo en globo siguió buscando nuevos desafíos.

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En 2004 dio la vuelta al mundo en un velero. Un año después, otra vez la vuelta al mundo pero en un aeroplano, sin escalas, en un avión monomotor. Estuvo 67 horas seguidas en el aire, según los registros de la época.

En 2006, batió el récord de distancia de vuelo sin escalas, con 42.469,4 kilómetros (26.389,3 millas) volando durante 76 horas y 45 minutos.

Un año después, salió en busca de un nuevo récord, pero nunca volvió. Estaba buscando un lago seco para romper el récord de velocidad sobre la tierra con un vehículo capaz de alcanzar casi 1.300 kilómetros por hora.

Su avión se estrelló en Nevada, California, el 3 de septiembre de 2007. inicialmente, sus restos no fueron encontrados, a pesar de que fue intensamente buscado.

En febrero de 2008, un juez lo dio por muerto (había una enorme fortuna para repartir y se necesitaba la confirmación legal), aunque algunos meses después los restos del avión, y sus tarjetas personales aparecieron en una zona de bosques.

Como sello macabro, también algunos restos óseos, que a través de pruebas de ADN se terminaron comprobando que pertenecían a Fossett. La teoría de los investigadores es que los animales carroñeros de la zona se habían comido los restos del megamillonario.

¿Hasta dónde pensaba llegar Fossett?

“Me imagino que hasta los 80 años y cuando esté en una silla de ruedas, seguiré intentando quebrar algunas marcas”, dijo en una entrevista a la CNN. “Probablemente maneje un avión a control remoto para dar la vuelta al mundo. Pienso establecer y romper récords de forma indefinida”.

Había planificado incluso venir a la Argentina para volar en planeador por la Patagonia y romper algunas marcas. En 1998 había estado en Mendoza como parte de sus viajes en globo aerostático.

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Fossett había nacido el 22 de abril de 1944 en el estado de Tennessee. Hijo de un ingeniero eléctrico que tenía una fábrica de jabón, su destino ligado a la aventura comenzó a forjarse desde chico, al unirse a los Boy Scouts de California, en donde se crió.

Sus ídolos no estaban en la pantalla o en los cómics, sino que eran personas de carne y hueso, exploradores, montañistas, aventureros, como Ernest Shackleton o Fridtjof Nansen.

Siempre la aventura formó parte de su vida. Mientras estudiaba Economía en la prestigiosa universidad de Stanford cruzó a nado el canal del Golden Gate, en San Francisco.

Hizo su fortuna gracias a su astucia para actuar como operador de Bolsa. Para un aventurero, el riesgo de las inversiones bursátiles era de algún modo compatible con el riesgo controlado de sus hazañas deportivas.

¿Qué tan millonario se hizo? Lo suficiente como para sentir que podía dedicar su tiempo y su dinero a sus aventuras. A los 46 años abandonó el mundo de las finanzas (o, en todo caso, sus finanzas ya podían custodiarse y crecer de manera independiente) y se largó a la aventura.

Su vida estuvo al servicio de su ambición. Se casó con Peggy, su novia de toda la vida, pero no tuvo hijos. Para Fossett, no había lugar para otras aventuras más terrenales.

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