Además, alertó sobre “la manifiesta intencionalidad de la norma que pretende ejemplificar bajo el supuesto ideológico que los propietarios queman sus campos, cosechas e instalaciones para hacer negocios futuros”.
“Cuesta entender la razonabilidad política del proyecto que parece inspirarse en el desconocimiento de lo que sucede con los incendios o peor aún por el desprecio a encontrar soluciones al verdadero problema de los incendios y sus causas reales”, agregó.
Como ejemplo del perjuicio toma el caso de los incendios en Formosa y Córdoba. El primer caso se trata de 500 mil hectáreas en “zonas de pastizales, montes bajos, sotobosques, producto de la sequía”.
En Córdoba, se han incendiado casi 200.000 hectáreas “en su mayoría de zonas serranas sin valor productivo y mucho menos inmobiliario, zona de bosque nativo”.
“Aplicándose esta nueva ley sería muy difícil de reparar el sistema vegetativo que se quemó”, aseguró.