

La confianza de los productores en la situación del país tocó valores mínimos, en tiempos de pandemia, y sobre todo, después del caso Vicentin.
El índice que mide la Universidad Austral ("Ag Barometer Austral"), registró una caída del 8% en junio, contra el valor de abril, y se ubicó en 48 puntos, mínimo histórico desde que comenzó su cálculo en 2018. Representa una caída casi del 60% respecto a mayo de 2019.
La mayor caída, sin embargo, se da en lo que son las expectativas futuras. En este punto, la variación bimestral fue de -17%, y de -68% si se lo compara de manera interanual.
Elaborado por el Centro de Agronegocios y Alimentos, de dicha casa de estudios, el índice expone la sentir de los productores agropecuarios, su confianza en el marco económico y las expectativas a futuro. El informe de junio expresa que a partir de julio del año pasado, comenzó un "proceso de persistente caída que parece no encontrar piso aún".
En mayo de 2019, por ejemplo, el índice de Condiciones presentes marcaba un nivel de 82 puntos. En junio de 2020, el mismo cayó a 52, un contracción del 37%.
Si bien las condiciones en general explican la menor confianza, el caso Vicentin profundizó la negatividad. El 86% de los productores muestran preocupación por la situación de la empresa y un 60% manifestó que esa medida tendrá un efecto negativo o muy negativo sobre el futuro de sus negocios agropecuarios.
Tres palabras explican lo que les dispara la situación: “preocupación”, “incertidumbre” o “desconfianza”, pero también expresiones vinculadas a derechos de propiedad y ruptura del marco jurídico-legal: “ilegal”, “inseguridad”, “avasallamiento”, “inconstitucional” o “atropello”.
El informe también refleja la peor situación respecto a los márgenes agrícolas: "el cambio en las alícuotas de retenciones, más el desdoblamiento cambiario que encarece mucho la dolarización de la liquidez, y las últimas medidas respecto a la restricción de compra de dólares para importación, implican un ajuste severo en los márgenes y el negocio en términos generales", afirma.
Respecto a las medidas del Banco Central se destaca que el agro es un sector fuertemente dolarizado, por lo cual, las mayores restricciones tuvieron un impacto sobre el precio, la disponibilidad y las condiciones de financiación. "Los productores han visto alzas en los precios de los insumos, o bien un endurecimiento en las condiciones comerciales", refleja.