“En un escenario de sequía y con una cosecha que no será la esperada, lejos de menguar, la voracidad fiscal del Estado no parece tener límites. Esto es un escalón más de incremento a la cuasi confiscatoria presión tributaria que se ejerce sobre todos los sectores productivos de la Argentina”, aseguraron desde la entidad que lidera Jorge Chemes.
El martes, YPF aumentó entre un 6 y un 7% el precio de la nafta y el gasoil. Se trata del quinto aumento de combustibles en lo que va del año (los últimos cuatro se dieron en menos de dos meses y medio) y que en los próximos tres meses alcanzará el 15%, de manera escalonada.
Pablo González
Pablo González es el presidente de YPF, en el ojo de CRA.
Lo que aseguran desde YPF es que de esta manera buscan contrarrestar las pérdidas económicas de 2020, que fueron de 1.098 millones de dólares. Y también que se pretende financiar el plan de inversiones previsto para el 2021, estimado aproximadamente en U$S 2.700 millones.
“Así están forzando los precios de venta de un insumo sensible y esencial en las distintas cadenas productivas del país”, dicen desde CRA.
El reclamo por la carga impositiva no es nuevo, sino que es uno de los puntos más sensibles de todas las entidades de la Mesa de Enlace a la hora de sentarse a conversar con el Gobierno. Incluso aquellas que valoraron la serie de reuniones con el equipo económico oficial que indicaron a los impuestos como el punto sensible de las negociaciones.
“En algunos casos el 47% de lo pagado en la factura de combustibles son impuestos. Todo esto seguirá agravando la delicada situación de las pymes, erosionando las cadenas de producción. Estos aumentos en la presión tributaria ya no se toleran más y queda de manifiesto que incide en cualquiera de los eslabones de la producción y el consumo”, sostiene el comunicado.
En CRA hicieron una comparativa entre los últimos aumentos en combustibles y lo que podría ser volcado a los cultivos.
“Este nuevo incremento de $6,40 por cada litro cargado representa $19200 millones de pesos extra para el sector productivo, si se anualiza su incidencia. Solo tomando este último aumento, el campo aportará anualmente unos adicionales 9.000 millones de pesos en concepto de impuestos”, dice el texto.
Lo que analizaron desde el Departamento Económico de CRA es que, si eso fuera convertido en maíz, el aumento de YPF de esta semana representa un poco más de un millón de toneladas de la actual cosecha. Y la presión tributaria de ese aumento, unas 508.000 toneladas del mismo.
“La situación es cada vez más inviable, se desarman los esquemas productivos de alto impacto y las cadenas del ensamble productivo del país entran en esquemas defensivos para tratar de sobrevivir. El bolsillo siempre es el mismo. Y ya no da para más”, concluyeron.