EL AGRO QUE VIENE

La recomendación de un especialista europeo a los productores agropecuarios argentinos para no desaparecer

Fue en La Rural, durante el Congreso CREA. Un especialista italiano disertó ante miles de productores. "La Argentina tiene viento en las velas, pero ¿quiénes se beneficiarán con el mismo?", se preguntó.
El investigador italiano Mario Giampietro

El investigador italiano Mario Giampietro, uno de los oradores del Congreso CREA 2022.

El Congreso CREA 2022 se desarrolla en los salones de la Sociedad Rural Argentina (SRA) a puro éxito. La convocatoria es masiva y los productores le dieron un gran espaldarazo al evento organizado por el Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola. Uno de los debates que sobresalieron el de la sostenibilidad de las producciones en el campo, con especialistas que llegaron desde Europa para aportar su mirada a los productores argentinos. “No entiendo por qué Argentina no exporta más carne en lugar de soja”, analizó Mario Giampietro, profesor e investigador de la Institución Catalana de Investigación y Estudios Avanzados (ICREA).

“La agricultura que no usa insumos tecnológicos emplea la profunda sabiduría de la agroecología: el reciclaje de nutrientes de plantas a humanos y de humanos a plantas. Tiene bajo impacto ambiental, pero genera bajos rendimientos y, por ende, productores pobres”, apuntó el investigador italiano en su charla “Los desafíos más allá del campo”.

Giampietro también se desempeña en el Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales (ICTA) de la Universidad Autónoma de Barcelona (España). Y además cree que la agricultura que depende de insumos tecnológicos “tampoco es sostenible”.

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“En Europa la agricultura es el sector económico que requiere la mayor inversión económica por trabajador, pero genera el menor retorno económico de la inversión y el mayor impacto ambiental por puesto de trabajo proporcionado a la sociedad. Después de siglos de guerras para conquistar más tierras, hoy en Europa aumentar la superficie de tierra agrícola en producción representa un pasivo para la economía, el ambiente y la sociedad”, añadió.

A la vez explicó que la dinámica de la agricultura industrial está sustentada en constantes innovaciones que promueven la creación de economías de escala por medio de la expulsión de productores. “Para ser desarrollada una economía debe deshacerse de sus agricultores”, graficó.

El caso de Países Bajos y la producción agropecuaria

El investigador expuso el caso de Países Bajos como paradigma de la agricultura industrial. Esa nación europea, a pesar de disponer de un escaso territorio productivo, es el segundo exportador mundial de productos agroindustriales, ubicado por detrás de EE.UU. Y eso contrasta con situaciones como la de Canadá o Argentina, que juntas tienen ochenta veces más tierra que Países Bajos. “Entre ambas no logran generar la misma cantidad de divisas por exportaciones agroindustriales que la pequeña nación europea”, apuntó.

Según los datos oficiales indican que en 2021, las exportaciones agroindustriales de Países Bajos sumaron 104.700 millones de euros, de los cuales un 27% corresponden a exportaciones de productos importados de otros países. Hoy el país es un gran productor y exportador de carnes, lácteos y alimentos procesados que se elaboran mayormente con insumos importados.

“Los números parecen envidiables, pero eso no puede considerarse agricultura, sino agroindustria basada en importaciones. Y que ese modelo no promueve el empleo ni el arraigo rural, lo que implica pérdida de identidad y sentido”, aseguró.

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Por eso se preguntó: “¿Los productores en Países Bajos están forrados de dinero? No. La cantidad de agricultores en ese país viene descendiendo y seguirá cayendo. Si la agroindustria hace mucho dinero, eso no significa necesariamente que los productores ganan dinero”, expresó y comparó con la situación que se vive en Argentina.

“Aquí hay viento en las velas, pero ¿quiénes se beneficiarán con el mismo? ¿Los productores? ¿Cuántos quedarán? ¿Y qué fracción del valor añadido total obtendrán los que queden?”, preguntó el investigador de ICREA.

Giampietro recomendó a los empresarios agropecuarios argentinos “diversificar actividades y participar en otros eslabones de cadena de valor”, además de propiciar todo aquello que contribuya a “disminuir la necesidad de insumos importados”.

“No entiendo por qué la Argentina no exporta más carne en lugar de soja. Me lo han explicado tres o cuatro veces, pero sigo sin entenderlo”, sostuvo.

También consideró indispensable establecer sistemas de monitoreo ambiental en el marco de redes que involucren a diferentes actores en el ámbito nacional, regional y local. “Aquí tienen la suerte de tener algo que en Europa no tenemos y son muchos jóvenes emprendedores en el sector agropecuario”, concluyó el investigador italiano.

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