HISTORIAS DEL CAMPO

Llegó desde Italia, invirtió en el agro argentino y a causa del clima impulsa el agroturismo en su finca

Giuseppe Di Gennaro nació en Nápoles y desde hace más de 25 años se dedica a la olivicultura y producción de frutas en San Rafael , Mendoza. Allí el clima castigó a los productores. "Algunos han perdido hasta el 90%", indicó.
La producción de olivas y fruta de Mendoza

La producción de olivas y fruta de Mendoza, entre el clima y la economía. 

Hacia fines de julio de este año Giuseppe Di Gennaro le contaba a A24.com Agro desde su stand en La Rural lo que era producir en Argentina. Italiano, nacido en las afueras de la ciudad de Nápoles, cuna de la producción de frutas, las aceitunas y el aceite de oliva, como también del amor al fútbol, recordaba sus inicios en el agro en un extenso mano a mano con este medio. Hoy Giuseppe es uno de los productores que miran con preocupación las variables económicas del país y la adversidad del clima. Mendoza viene de ser epicentro de una helada brutal que dejó a muchos productores en aprietos, y por eso contó en una entrevista radial el por qué de su nuevo emprendimiento: “Apostamos por el agroturismo para que nos puedan cerrar los números”.

“Estoy en Argentina desde 1996. Este es un país que es una tierra de oportunidades y a nivel de suelos es lo más parecido a mi tierra, Nápoles, por la temperatura, el clima y fundamentalmente por la gente. Somos muy similares”, comparó en una charla con La Red Rural (AM 910)}. “Aquí somos muy similares a los napolitanos, nos gusta la amistad, comer asados los domingos. Hubo muchas cosas que me “pegaron” de esta tierra”, sostuvo.

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La finca

La finca "Cave Canem" en San Rafael, propiedad de Di Gennaro.

“En lo personal ya me ha tocado vivir cosas buenas y malas en este país, como la crisis del 2001 y otras que también afectaron. Pero aquí tenemos una tierra que saliendo a trabajar ofrece mucho, tenemos las 4 estaciones todo el año y contamos con grandes materias primas. Por ejemplo el aceite de oliva que producimos aquí es de los mejores del mundo, somos el novenos exportador mundial en ese producto”, detalló.

Sin embargo, las variables del clima y el vaivén de la economía juegan su partido. A raíz de las últimas heladas que castigaron a la zona cordillerana, y sumado a la sequía que existe en el área agrícola producto de un tercer año consecutivo con La Niña como parámetro, Di Gennaro planteó ante su familia y su socio comercial una “reconversión” de su finca en las afueras de San Rafael, a 15 minutos del centro de la ciudad. “Esta finca le da de comer a 10 personas, a las cuales tengo todas en blanco. Y el impacto del clima se siente, y los números deben cerrar de algún modo porque yo no quiero dejar a nadie sin su trabajo. Por eso apostamos en los últimos tiempos al desarrollo del agroturismo”, explicó.

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El clima seco dejó poca producción, y la helada terminó por definir un año magro para Mendoza.

El clima seco dejó poca producción, y la helada terminó por definir un año magro para Mendoza.

“Este año cayeron dos heladas y con la poca agua que hay dijimos “vamos a generar algo”. Por eso decidimos apostar al agroturismo. Queremos seguir apostando a la tierra y generar un valor agregado para los clientes, que puedan conocer a fondo una finca, cuál es nuestra historia y todo lo que representa la producción con frutales, olivares y viñedos”, remarcó.

Mendoza fue el eje del impacto de la helada. Por eso, el ministro de Economía Sergio Massa lanzó la semana pasada un plan de asistencia a los productores afectados, con anuncios de mejoras temporales en el tipo de cambio para la exportación de las economías regionales. El lugar elegido fue esa provincia.

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Aquí se perdió casi un 40% y en algunos casos del 90%. Hay que tener en cuenta que en una finca uno a veces trabaja con un solo producto, que se cosecha una vez al año y el resto del tiempo lo industrializa. Y cuando te agarra una helada así todo el trabajo de un año se fue, no lo recuperás”, graficó.

Incluso, para Di Gennaro es más grave la afectación del granizo que de la helada. “Y si cae un granizo no es un año, pueden pasar hasta 10 años que trabajaste para poder recuperarlo”, resumió.

“En lo personal pienso que toda ayuda es buena, y que vengan los funcionarios y vean la situación. Pero mejor sería que haya un sistema sustentable más allá de la ayuda de la emergencia, y que esté más preparado para que haya otros mecanismos de defensa”, cerró.

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