El ecosistema financiero se revolucionó recientemente por la sanción del gobierno salvadoreño que determina el uso de Bitcoin como moneda de curso legal.
El ecosistema financiero se revolucionó recientemente por la sanción del gobierno salvadoreño que determina el uso de Bitcoin como moneda de curso legal.
Al respecto, cabe destacar que, a nivel global, en el tercer trimestre del 2020 se registraron 101 millones de personas que usan criptomonedas, una cifra que crece día a día. Este dato se desprende de un estudio realizado por Binance sobre una muestra 61.000 usuarios de criptomonedas de todo el mundo, que aborda información sobre las motivaciones, comportamientos y preferencias de esos usuarios.
Dentro de las razones que los usuarios consideran para invertir en monedas digitales se destacan: poseer criptodivisas como parte de una estrategia de inversión a largo plazo (55 %), baja confianza en el sistema financiero actual (38 %) y oportunidades de comercio a corto plazo (31 %).
Por su parte, según Statista, en un estudio realizado sobre una muestra de entre 2.000 y 25.000 personas por país, en el top 10 de naciones con mayor adopción cripto se cuentan cuatro latinoamericanas: Perú, Argentina, Chile y México, en ese orden.
Asimismo, en la región, la atención se posa de forma especial sobre México y Colombia, dos países que dieron un paso al frente en los últimos años con la habilitación de escenarios regulatorios controlados. En ese sentido, buscan adoptar estos activos en las transacciones financieras dentro de sus sistemas bancarios, además de estudiar cómo la herramienta puede ser utilizada de la misma forma en que se administra una cuenta de ahorros o corriente, una tarjeta de débito, etc.
Agreguemos que, a la fecha, 81 países (que representan más del 90% del PIB mundial) están explorando una CBDC (moneda digital de un banco central), de acuerdo con el último reporte de Atlantic Council. En el informe del año anterior, mayo de 2020, sólo 35 países estaban considerando una CBDC. Asimismo, debemos sumarle un hito: la legalización de Bitcoin como moneda de curso legal en El Salvador.
En este momento, diversos países de Latinoamérica se encuentran analizando proyectos de regulación cripto, impulsados por los bancos centrales, debido a la evolución constante del ecosistema cripto, donde cada vez son más y más las pequeñas y grandes empresas que aceptan criptomonedas como medio de pago. Por ejemplo, empresas como PayPal, Visa y MercadoLibre ya aceptan criptos.
Ahora bien, cuáles son las perspectivas de legalización de las criptomonedas en Latinoamérica. Primero, incluso, podríamos preguntarnos, de cara a los individuos de a pie o a aquellos que todavía no tienen criptos: ¿son legales?
Es importante mencionar que el Bitcoin (BTC) nunca fue ilegal, al menos nunca lo fue en El Salvador, de la misma manera que nunca lo fue ni lo es en casi todos los países.
La mayoría se rige por el principio de derecho, el cual estipula que todo lo que no esté explícitamente prohibido, está permitido. Con la excepción de Bolivia, Venezuela y Ecuador, el resto de los Estados no lo ha prohibido, en consecuencia, es certero afirmar la legalidad del BTC.
Sin embargo, como toda tecnología disruptiva (sucedió lo mismo con Internet hace algunos años) el statu quo que más directamente afectado se ve suele ofrecer resistencia. Por eso, una postura como la que tomó El Salvador resuena tanto y tan fuerte.
En este caso, el sistema financiero tiene la ventaja de haber visto lo que sucedió en otras industrias que no se adaptaron y actuaron a tiempo. Este es realmente el mensaje que El Salvador le está mandando al mundo. El Estado y el sistema financiero salvadoreño están incorporando criptomonedas a la oferta tradicional de productos financieros.
Por eso, entendemos que lo que ocurre en El Salvador es algo que siempre pensamos que pasaría: la cuestión era cuándo y quién, no si realmente iba o no iba a suceder. Es más, que haya sucedido en un país Latinoamericano tiene sentido dado el contexto de inclusión financiera.
No sólo consideramos que lo conseguido por el gobierno de Nayib Bukele tendrá un impacto tremendamente positivo en el día a día de los salvadoreños, sino que también lo tendrá en la adopción de la tecnología en particular y servirá como punta de lanza para que otras economías lo repliquen.
Como región, América latina tiene más del 50% de la población al menos sub-atendida financieramente y, en muchos casos, desbancarizada. En algunos países, como México o Argentina, más del 60% de la economía es informal.
Cualquier herramienta o tecnología que permita ampliar la oferta de productos financieros (que, en líneas generales, ya es baja) a esta población es algo que los actores del sistema financiero, y sobre todo el Estado, querrán perseguir.
Para ello, estas plataformas o tecnologías deberán ser más accesibles en costos, fáciles de usar y borderless (pensando en economías regionales); todas características que poseen las criptomonedas.
Si al potencial que las criptomonedas puedan tener, se lo aplica combinado con el sistema financiero tradicional y apoyado por un marco regulatorio que ofrezca certeza jurídica, estamos en presencia de una propuesta real y concreta para combatir la exclusión financiera a nivel sistémico.
Si "el experimento" de El Salvador resulta satisfactorio, otros países como Honduras, República Dominicana, Paraguay, Uruguay o Panamá seguirán un camino similar.
* Leo Elduayen es fundador de Koibanx.