A pesar del riesgo que puede presentar la fluctuación del Bitcoin en los mercados, Champanier despejó las dudas que puedan presentarse al respecto: “La propiedad no se pagó en Bitcoin, sino en criptomonedas estables que cotizan a la par del dólar, como USDT, que son las más conocidas y las que utilizamos en este caso”.
Crece el uso de criptomonedas
Si bien en esta oportunidad, tanto el comprador como el vendedor manejaban criptomonedas y se pusieron rápidamente de acuerdo; en otras ocasiones se cambian las criptomonedas entregadas por el comprador por dólares en el exchange y luego se le paga al comprador en esa divisa. “Siempre va a depender de la voluntad del que vende”, explicó el especialista.
Aunque el perfil de gente que realiza operaciones de este tipo son principalmente millennials, desde la inmobiliaria advierten que también hay un público de 40 años que se muestra receptivo, como lo fue con este departamento usado.
Cómo fue la compra-venta con criptomonedas
En este caso, a pesar de que ambas partes tenían billeteras virtuales diferentes y desde la inmobiliaria se propuso utilizar una tercera que cobraba menos comisión, finalmente acordaron realizar la operación en la wallet del comprador, porque a él le generaba más confianza y el dueño aceptó sin demasiadas vueltas.
Primero se hizo una transacción de prueba de 1 USDT (es decir, 1 dólar) para ver si llegaba correctamente y minutos después se transfirió la totalidad del dinero. “Fue una operación mucho más sencilla que una venta tradicional porque hubo voluntad de los dos lados ”, remarcó Champanier.
En un contexto económico inflacionario y de controles cambiarios excesivos, cada vez son más las personas que ahorran en criptomonedas. El mercado inmobiliario tomó nota de esta tendencia y de a poco fue incorporando nuevas estrategias para captar a estos ahorristas y convencer a sus clientes de que se trata de una operación confiable y sin riesgos.
“Siempre hay que mostrarse dispuesto a adaptarse a los cambios. Para eso es necesario incorporar nuevas tecnologías y metodologías, evaluar sus ventajas y potenciales riesgos y trazar una estrategia correcta para minimizarlos”, finalizó Champanier.