El futbolista venezolano de Talleres, víctima de xenofobia, presentó una denuncia ante la Policía y aseguró que irá “hasta las últimas consecuencias”.
Lo que debía ser una noche de alto voltaje por Copa Libertadores terminó con un escándalo lamentable. En la derrota de Talleres ante San Pablo por 2-1 en el Morumbí, el futbolista venezolano Miguel Navarro rompió en llanto tras sufrir un presunto acto de xenofobia por parte de Damián Bobadilla, mediocampista paraguayo del equipo brasileño.
Miguel Navarro, con la Policía Militar del Morumbí: denunció un acto racista ante San Pablo. (@GiovanniChacon_)
El episodio se desató inmediatamente después del segundo gol de San Pablo, convertido por Luciano. En medio del festejo y la reanudación del juego, Navarro y Bobadilla protagonizaron un fuerte cruce verbal. Fue tal el impacto de lo que ocurrió que el defensor de la T incluso consideró abandonar el campo de juego.
Según reveló Federico Girotti en declaraciones televisivas, Bobadilla habría insultado a Navarro diciéndole “venezolano muerto de hambre”, lo que provocó la reacción del jugador y el parate del partido durante varios minutos.
Consumado el encuentro, Navarro se presentó ante la Policía Militar del estadio para realizar una denuncia formal contra el futbolista de San Pablo. Sin embargo, cuando las autoridades se dirigieron al vestuario local para buscar a Bobadilla, el jugador ya se había retirado. Se espera que preste declaración este miércoles, aunque el club paulista aún no emitió ningún comunicado oficial.
Horas después del partido, el lateral venezolano rompió el silencio en redes sociales y expuso su dolor: “Quisiera poder yo tener en mis manos la solución al hambre que vive mi país. Espero Dios me dé abundancia para poder ayudar. No creo que se pueda hacer mucho contra la pobreza mental”.
Además, fue tajante con su decisión de avanzar judicialmente: “Nunca me avergonzaré de mis raíces, iré hasta las últimas consecuencias frente al acto de xenofobia que viví hoy en Brasil a manos de Damián Bobadilla. En el fútbol no hay cabida para los discursos de odio”.
Este nuevo escándalo reaviva la tensión entre Talleres y el entorno del Morumbí, donde el año pasado ya se vivieron incidentes cuando la policía brasileña agredió al arquero suplente del conjunto cordobés y demoró a Guido Herrera y Lautaro Morales.
El fútbol sudamericano vuelve a quedar manchado por hechos que exceden lo deportivo y que obligan a reflexionar sobre los límites del juego y la urgente necesidad de erradicar cualquier forma de discriminación dentro de la cancha.
